Crédito se redujo en sectores más afectados por la crisis

IMPACTO. La construcción es una de las actividades con menos financiamiento
IMPACTO. La construcción es una de las actividades con menos financiamiento

Más del 65% de la cartera crediticia se concentra en tres actividades; mientras las fuentes de liquidez escasean para construcción, educación y turismo.

En los primeros meses de la pandemia, la cantidad de personas que accedieron a crédito cayó hasta 40% y el monto otorgado por los bancos y cooperativas se redujo hasta 45%.

El deterioro fue incluso mayor para clientes nuevos (90% menos). Es decir, en medio de la crisis, las instituciones financieras se concentraron en dar financiamiento a usuarios ya conocidos de los segmentos de más altos ingresos, dejando de lado a los más golpeados y vulnerables.

Esta situación comenzó a mejorar sustancialmente desde abril de 2021. Según el último reporte de la Asociación de Bancos Privados (Asobanca), el monto total de la cartera crediticia hasta julio de 2021 fue de $30.964 millones, lo que representa $2.306 millones frente al mismo mes de 2020.

Sin embargo, más del 65% de esa cartera se concentra en tres actividades; mientras otras se mantienen con financiamiento a la baja y escasos avances de recuperación.

Crédito en pocas manos

El comercio y la industria, a pesar de una caída inicial de hasta el 15%, concentran más de $15.300 millones en créditos, es decir, casi el 50% de la cartera. Luego, se encuentran los préstamos de consumo, incluidas las tarjetas de crédito, con más de $4.100 millones.

En estos tres sectores, más del 80% del financiamiento llega a las empresas y personas con más altos ingresos. El monto mínimo otorgado es de $5.000, por lo que queda por fuera la mayoría de la población. Ese fenómeno se repite con el microcrédito.

A pesar de la necesidad de liquidez, apenas un 20% de las más de 76.000 empresas que están constituidas en el país accedieron a financiamiento desde el inicio de la pandemia.

Las que lo han tenido más difícil son las Pymes, a pesar de que son la fuente de siete de cada diez empleos en el país. Esta realidad explica por qué el mercado laboral se deterioró de manera acelerada en el último año.

Construcción, turismo y educación entre las más afectadas

En la otra cara de la moneda, el deterioro del crédito para las actividades de la construcción continúa a la baja. Según un informe de la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD), la caída supera el 35% y el total de cartera entregada suma $1.231 millones.

Las ventas efectivas de viviendas se redujeron casi 60%, e incluso el financiamiento más barato, a través del Banco de Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess), cayó a menos de la mitad.

Valeria Llerena, directora ejecutiva de la RFD, explicó que la situación del sector de la construcción es un claro reflejo de la crisis económica y la reducción drástica de los ingresos de las familias. “Hay poca demanda y trabas para financiar una casa, como también para temas como estudios”, dijo.

Otra de las actividades más afectadas es la educación. El financiamiento para estudios se redujo 18%. La cartera total sumó $327,5 millones, lo que significa el nivel más bajo en los últimos cuatro años.

Andrea Constante, contadora y madre de familia, contó que intentó sacar un préstamo para pagar la universidad de una de sus hijas, pero no se lo otorgaron porque no cumplía con todos los requisitos como nivel de ingresos.

“La crisis hizo que mi esposo y yo ganemos menos, por lo que no pudimos sacar el financiamiento. La única opción que nos quedó fue la tarjeta de crédito, aunque es más cara y el plazo para pagar es menor”, puntualizó.

Asimismo, el sector turístico (alojamiento y comida) ha sufrido una caída de casi el 46% en su acceso al crédito. El total de la cartera otorgada es de $449 millones, pero se necesita más del triple, sobre todo para darle liquidez a empresas agobiadas por pagos pendientes con proveedores y sector público.

La expectativa es que, a través de la nueva ley que está elaborando el ministro Niels Olsen, se puedan abrir líneas baratas, de fácil acceso, plazos largos y períodos de gracia.

Según el estudio de la RFD, las instituciones financieras deben revisar todos sus procedimientos y requisitos de acceso, debido a que la realidad económica y social cambió. De otra manera, aumentará la exclusión y la falta de crédito formal para la mayoría.

Eso último es el principal caldo de cultivo para el incremento del chulco y el financiamiento informal. (JS)