Ecuador necesita dejar atrás el mercantilismo y ser realmente liberal

En los últimos 40 años se ha profundizado un modelo mercantilista y poco competitivo en la economía ecuatoriana. En este tipo de modelos resulta más rentable tener contactos o “palancas” en el poder de turno, antes que ser eficiente como empresario o persona.

Luis Espinosa Goded, docente de Economía de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), explicó que, aunque hayan pasado distintos gobiernos, la idiosincrasia y la estructura productiva de Ecuador no está acostumbrada a la libertad y a la creatividad.

Por su parte, Hanns Soledispa, director de Exponential Research, docente universitario, y miembro del Instituto Ecuatoriano de Economía Política (IEEP), puntualizó que en el país no se han implementado políticas liberales, o que impulsen la libertad económica.

Por eso, ante la pregunta de cómo Ecuador puede volverse más próspero, la respuesta es con más libertad, con menos trabas para hacer negocios y con más seguridad jurídica.

“Para que un país sea próspero debemos dar libertad a sus ciudadanos para que todas sus fuerzas productivas, todas sus capacidades creativas, se puedan desarrollar a su máximo potencial. Este objetivo se logrará solo si se hace básicamente lo contrario de lo que ha venido haciendo Ecuador durante demasiado tiempo: Permitir que avance en el índice de Libertad Económica; que haya mucha menos tramitología y trabas; que se firmen más acuerdos comerciales”, aseveró Espinosa Goded.

De acuerdo con Soledispa, el cambio no solo es productivo y económico, sino también cultural; debido a que los dos pilares de la prosperidad son: un sector empresarial eficiente y con buenas prácticas (servicio al cliente, contabilidad, cuidado de los recursos, productos con valor y accesibles, visión exportadora); y un sector público que facilite e incentive el crecimiento, es decir, que no estorbe ni que asegure injustamente los negocios de ciertos sectores.

En otras palabras, se necesita una institucionalidad, tanto pública como privada, que utilice bien los recursos escasos mediante instrumentos como presupuestos con base cero, flexibilidad en la contratación, entre otros.

“Falta mucha cultura corporativa; pero también es complicado separar la política pública y el sector privado. Si bien la política pública no hace crecer per se a las empresas, si puede ser un facilitador”, añadió.

Con esto concordó Espinosa Goded, quien recalcó que en Ecuador ni siquiera se ha empezado a hacer los cambios mínimos para prosperar. Estos cambios incluyen tener mejores políticos porque de ellos depende la institucionalidad y la seguridad jurídica del país. Además, las ideas que aplican en el poder no son más que un reflejo de la sociedad.

“Efectivamente, con los muy malos políticos que tiene Ecuador es mucho más difícil el crecimiento económico. Pero esos políticos están ahí porque les votan las personas, y porque esas personas no tienen esperanza en una mejora real ni una visión de largo plazo. El crecimiento económico, la prosperidad y la riqueza no se produce de un año para otro, ni en cinco años, ni de una legislatura a otra. Más bien es un proceso que nos puede llevar al menos otras cuatro décadas como las que ya lleva el Diario LA HORA”, afirmó el catedrático de la Universidad San Francisco.

Finalmente, Soledispa apuntó que las estadísticas a escala mundial detallan claramente que los países con más libertad económica son siempre los más prósperos: más ingresos por habitante, más innovación y desarrollo social. (JS)

Ecuador no supera la calificación de 50 sobre 100 en el índice de Libertad Económica en temas estado de derecho, libertad de comercial, propiedad privada, adecuado gasto estatal y efectividad de la justicia.