Mientras Latinoamérica recupera atractivo para la inversión en startups, Ecuador sigue fuera del radar del Venture Capital. La sobrerregulación estatal ahuyenta el capital y frenan el crecimiento del ecosistema emprendedor.
Ecuador sigue sin captar la atención de los inversionistas de Venture Capital (VC), a pesar del crecimiento del capital de riesgo en América Latina. Mientras Colombia ha logrado posicionarse como el segundo destino más atractivo para estos fondos, Ecuador continúa sin un ecosistema sólido para atraer inversión.
El Venture Capital, o capital de riesgo, es una forma de financiamiento en la que inversionistas aportan recursos a startups con alto potencial de crecimiento a cambio de una participación accionaria. Este tipo de inversión es crucial para el desarrollo de empresas tecnológicas que requieren capital significativo en sus etapas iniciales.
Según el Reporte VC 2024 de Endeavor y Glisco Partners, la inversión en capital de riesgo en la región cayó más del 80% entre 2021 y 2023, pero en el primer semestre de 2024 mostró un repunte del 30%. Sin embargo, los países que capitalizan esta recuperación son Brasil, México y, especialmente, Colombia, que ya capta el 29% del capital de VC en la región. Ecuador ni siquiera figura en la lista.
A pesar de contar con un unicornio como Kushki, Ecuador no ha logrado multiplicar estos casos de éxito. El principal problema, según Andrés Rodríguez, economista, es un Estado que no facilita, sino que sobre regula y pone trabas a la innovación.
¿Qué está haciendo mejor Colombia?
Colombia ha conseguido atraer más inversión en startups por varios factores:
- Políticas públicas claras para atraer inversión en tecnología.
- Fondos de coinversión público-privados que fomentan el crecimiento de startups.
- Incentivos tributarios y acceso a mercados internacionales.
- Un ecosistema sólido con aceleradoras, incubadoras y capital disponible en todas las etapas.
Esto ha permitido que el tamaño promedio de las rondas de inversión en Colombia sea 3,5 veces mayor que en otros países de la región, demostrando la confianza de los inversionistas.
El sector Fintech colombiano, solo durante el primer semestre de 2024 sumó $405,4 millones en capital de riesgo, destacándose startups como Nu Colombia y Simetrik. Estados Unidos fue el principal inversor, aportando más del 38% del capital.
Ecuador necesita de reglas claras e inversión
Ecuador, en cambio, carece de:
- Políticas estatales para fomentar el Venture Capital.
- Programas de financiamiento que faciliten el crecimiento de startups.
- Un ecosistema de inversión atractivo para fondos internacionales.
En lugar de incentivar la llegada de inversión para innovación, el Estado impone burocracia y barreras que complican el acceso al capital. Sin reglas claras y sin seguridad jurídica, los inversionistas optan por otros países con mejores condiciones.
Colombia ha implementado regulaciones favorables para startups, como los «sandboxes» regulatorios, que permiten a las empresas probar productos y modelos de negocio innovadores sin incurrir inmediatamente en todas las consecuencias regulatorias.
En contraste, Ecuador promulgó en 2020 la Ley Orgánica de Emprendimiento e Innovación, que menciona fondos de capital de riesgo, pero aún enfrenta desafíos en su implementación efectiva.
Un emprendedor que desarrolla una plataforma fintech en Colombia puede acceder a un «sandbox» regulatorio para probar su producto en un entorno controlado y recibir retroalimentación de las autoridades. Además, tiene acceso a múltiples fondos de Venture Capital activos en el país. En Ecuador, el mismo emprendedor enfrentaría un entorno regulatorio más rígido y menos opciones de financiamiento, lo que dificulta el crecimiento de su startup.
“Estas diferencias subrayan la necesidad de que Ecuador implemente políticas más favorables para atraer inversiones y fomentar el emprendimiento tecnológico”, añadió Carla Pérez, economista y emprendedora.
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Emprendimientos se apagan a los tres años
Ecuador enfrenta desafíos significativos en el ámbito del emprendimiento tecnológico. Se estima que alrededor del 80% de los emprendimientos en el país no logran superar los tres años de operación, principalmente debido a la falta de rentabilidad y financiamiento. Además, existe una brecha considerable en la formación de profesionales tecnológicos; cada año se requieren aproximadamente 9.000 expertos en tecnología, pero las universidades ecuatorianas gradúan entre 100 y 200, lo que limita la capacidad de innovación y desarrollo en el sector.
Un estudio de la Universidad EAFIT en Colombia concluyó que las empresas financiadas por capital de riesgo son grandes generadoras de empleo y motores de crecimiento económico.
En concreto, las empresas respaldadas por capital de riesgo tienden a experimentar un crecimiento más acelerado en términos de ingresos y empleo, en comparación con aquellas que no reciben dicho financiamiento. Además, se destaca que estas empresas suelen alcanzar mayores volúmenes de ventas y presentan menores tasas de quiebra, lo que sugiere que el capital de riesgo no solo impulsa el crecimiento empresarial, sino que también contribuye a la estabilidad económica y a la generación de empleo.
Ecuador está fuera de todos estos beneficios y, en promedio, su economía ha crecido menos del 2% en la última década. Esto explica la creciente informalidad y desempleo. (JS)
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