Ecuador tiene el segundo precio más bajo del diésel en América Latina y un gasto público ineficiente que llega al 5% del PIB

HECHO. Ecuador lleva más de 50 años subsidiando combustibles, pero su economía está estancada.
HECHO. Ecuador lleva más de 50 años subsidiando combustibles, pero su economía está estancada.

Solo Venezuela tiene un costo del diésel más barato que Ecuador. Esto, junto a la ineficiencia del gasto público, son los problemas centrales que se deben resolver para salir de la espiral de déficit y el endeudamiento.

Si el sector público de un país es ineficiente y tiene subsidios que fomentan actividades ilícitas, sufre el bolsillo y la calidad de vida de los ciudadanos, a través de más impuestos y burocracia; además de bienes y servicios estatales que se convierten en un lastre para la productividad, el crecimiento económico y la generación de empleo.

Eso está sucediendo en Ecuador, donde la combinación del segundo diésel más barato de América Latina y un gasto público ineficiente ahogan a la sociedad y a la economía nacional que este 2024 cumple una década perdida de crecimiento económico.

“Ecuador gasta, incluso con la reciente reducción del subsidio de las gasolinas extra y eco país, más de $2.800 millones en subsidiar otros combustibles sobre todo el diésel. Eso es casi dos veces el gasto en programas y ayudas sociales o más de ocho veces lo que se destina a luchar contra la desnutrición crónica infantil. Un Estado que gasta mal provoca una población menos productiva y con menos oportunidades de desarrollo”, explicó Yolanda Idrovo, economista e investigadora en desarrollo social.

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Solo Venezuela tiene un diésel más barato que en Ecuador

Si no fuera por el régimen dictatorial de Nicolás Maduro en Venezuela, el diésel ecuatoriano, con un precio máximo de $1,8 por galón, sería el más barato de América Latina.

 

Entre enero y julio de 2024, según datos de Petroecuador, en el país se han despachado 688,14 millones de galones de diésel de todo tipo. De este total, casi el 71%, es decir, más de 487,21 millones de galones son de diésel premium para el sector automotriz.

Solo en ese diésel premium se tiene un subsidio de $1,184 por galón. Así, en los primeros siete meses de este año, el gasto en mantener ese combustible como el segundo más barato de la región sumó más de $576 millones. A eso se deben añadir otros tipos de diésel subsidiado como el pesquero y el eléctrico.

Como ya ha analizado LA HORA, el contrabando y el robo (perforación de poliductos) de diésel y gasolina blanca se han vuelto uno de los pilares de las economías criminales que golpean a Ecuador.

Esta situación puede empeorar porque, por ejemplo, en Colombia se ha lanzado un plan para ir subiendo paulatinamente el precio del diésel y eso hará que sea más atractivo el combustible ecuatoriano a precio congelado y subsidiado.

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“Ecuador enfrentará un grave problema de contrabando de su costoso diésel importado y subsidiado, por alguno de los 170 pasos que existen en la frontera norte, ante la decisión de Colombia de eliminar el nefasto subsidio al diésel”, afirmó Nelson Baldeón, empresario vinculado al sector energético.

El país lleva más de 50 años subsidiando combustibles y no se ha vuelto ni más competitivo ni genera más empleo.

“Si queremos reducir el déficit fiscal, si queremos manejar las cosas de la manera correcta, ir eliminando los subsidios es fundamental en un país que no tiene los recursos necesarios para todos sus gastos”, dijo Miguel Ángel González, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil en su momento a LA HORA

Más impuestos y cargas para financiar un Estado ineficiente

Todos los años, desde 2007, Ecuador ha tenido entre una y dos reformas tributarias para financiar un Estado que gasta mal.

Según informes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Foro Económico Mundial, la economía ecuatoriana está en el cuarto puesto de América Latina por la ineficiencia de su gasto público.

Se estima que esa ineficiencia llega al 5,5%. Esto en 2024 equivaldría a más de $6.000 millones de malgasto total debido, entre otras cosas, a empresas públicas deficitarias, falta de inversiones y mantenimientos, corrupción en sectores como la contratación pública (las pérdidas solo en las compras públicas del Gobierno Central serían de al menos $1.500 millones).

En el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), firmado por el Gobierno de Daniel Noboa, se establecen compromisos como reducir en al menos $300 millones anuales las compras públicas y focalizar subsidios, entre otros, para que el Estado ecuatoriano rompa el círculo de los altos déficits fiscales y en endeudamiento costoso.

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Actualmente, si solo se redujese a la mitad el porcentaje de ineficiencia en el gasto público (2,5% del PIB), se podría bajar en más de $3.000 millones el déficit fiscal proyectado para 2024 en alrededor de $5.000 millones.

Esto podría generar espacio para que, en lugar de endeudarse para pagar deudas anteriores o para cubrir el déficit, se consiga financiamiento para más inversión, mejoramiento de infraestructura e incluso más liquidez para dar crédito a emprendedores y empresas. (JS)

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