En 2014, con un precio del petróleo alto y buenas condiciones externas, se contrató 24% más deuda que en el año de la pandemia. Es decir, el aumento de la deuda pública fue en la década correísta.
“La deuda debe contratarse en los momentos de verdadera crisis, y no cuando el gobierno quiere ser popular”, dice Vicente Albornoz, decano de Economía de la Universidad de Las Américas (UDLA), quien explicó que el aumento de la deuda pública ha sido, sobre todo en la década correísta, un mecanismo para crear una falsa percepción de prosperidad y sostener un gasto público creciente e ineficiente.
En este contexto, por ejemplo, en 2014, con un precio de petróleo que en la mayoría de ese año estuvo en alrededor de $100, el Gobierno aumentó el endeudamiento de $7.200 millones en términos netos, es decir, si se suma todos los nuevos créditos contratados y se resta todos los pagos de las obligaciones anteriores.
Por otro lado, en 2020, en medio de una “crisis como nunca hemos visto”, con precio del crudo de $36 por barril y una caída de $2.000 millones en la recaudación de impuestos, el efecto de incremento neto en la deuda fue de $5.820 millones.
“El endeudamiento era imprescindible en ese caso porque si no se lo conseguía no habría podido pagar a los médicos, a los policías ni nada de lo importante”, acotó Albornoz.
China, principal prestador
Otro caso para el análisis fue 2017, cuando el Gobierno de Rafael Correa puso al Estado al servicio de ganar a toda costa ganar las elecciones con Lenín Moreno como candidato presidencial. El resultado fue que, en términos netos, el endeudamiento subió $8.400 millones.
Entre 2014 y la primera parte de 2017, el principal financista del Ecuador, a través de contratos confidenciales atados a obras entregadas a dedo, fue China.
Gasto ineficiente
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la reducción del tamaño del Estado no significa recortar en lo importante, como salud y educación, sino racionalizar el gasto porque, por ejemplo, entre 2007 y 2017 se triplicó el sector público, pero no mejoró sustancialmente la calidad y acceso a los servicios.
Incluso, el multilateral ha calculado que un buen porcentaje de los recursos se desperdició o se fue en corrupción. Así, las pérdidas estimadas llegan hasta el 30% del valor de los gastos en compras públicas; y hasta el 50% en los proyectos de inversión. (JS)
Con corte al 31 de enero de 2021, el saldo vigente de la deuda pública ecuatoriana es de $ 63.885 millones