La disciplina no debe confundirse con violencia y hostigamiento, algo que está penado por la Ley.
El video de un profesor que corta el cabello a sus alumnos, mientras moja sus cabezas con agua de un tanque azul, en Latacunga (provincia de Cotopaxi), abrió el debate sobre el concepto de disciplina que tiene la sociedad ecuatoriana.
La opinión está dividida entre quienes aprueban este tipo de normas: “cabello corto en los hombres, largo y sin teñir en mujeres; alumnos sin tatuajes o aretes, forman “personas de bien”, como señaló un padre de familia en redes sociales.
En el otro lado están quienes hablan de la libertad estética de los estudiantes y de la violencia institucional física y psicológica que se ha naturalizado en el sistema educativo.
La pregunta entonces es: ¿cuáles son las competencias del sistema educativo? y ¿cuándo se vulneran los derechos de los jóvenes?
Apariencia y disciplina
El antropólogo Daniel Andrade considera que el uniforme escolar es la manera en que las instituciones marcan los límites de la disciplina.
“Saber que debo usarlo como rige la norma y no tergiversarlo es la forma tangible de identidad del colegio”, dice al aclarar que considera excesivo tratar de “disciplinar el cuerpo de los estudiantes”.
Cortarse o pintarse el cabello, según Andrade, es una manera de establecer una personalidad. “Condenar esto es discriminatorio”.
Importancia de los límites
Andrea Lasso, psicóloga educativa, indica que el código de convivencia de un colegio se rige por su misión y visión, con el fin de crear identidad, que es autónomo, mientras no vulnere lo establecido en la Constitución.
“Hay que considerar la importancia de los límites en la formación de los chicos, precautelando su integridad”, asegura.
“Esto, en la construcción social, garantiza que las personas formemos espacios sin violencia y de convivencia armónica”, agrega Lasso, quien señala que para evitar malestares es importante que los padres y estudiantes tengan conciencia al momento de buscar un colegio.
“Ver si su código va conmigo y si voy a aceptar esos lineamientos”, recomienda.
Incluir a los actores
La activista Semnia Valdivia cita que el artículo 21 de la Constitución garantiza la libertad estética: “Hay sanción para quien menoscabe ese derecho”.
Valdivia comenta que desde 2017 varios colectivos se presentaron ante la Defensoría del Pueblo para denunciar instituciones que incluso negaron la entrada a quienes tenían ‘piercings’, tatuajes, maquillaje o cabello largo. Esto último en el caso de los hombres.
“Lo mejor sería establecer normas junto con los estudiantes”, propone Valdivia, al destacar que el Ministerio de Educación debería revisar y hacer cambios en los códigos de convivencia de las instituciones académicas, tanto públicas como privadas.
El hostigamiento académico está penado
Sybel Martínez, vicepresidente del Consejo de Protección de Derechos de Quito, señala que las acciones del profesor en Latacunga y otras similares incurren en hostigamiento académico, que está penado por el Código Orgánico Integral Penal (COIP).
La Ley detalla que el acoso escolar y académico puede representar una pena de uno a tres años, si es a un adulto.
Mientras que si se trata de acoso a menores, la pena puede ir de tres a cinco años.
Sin embargo, cuando las mismas conductas del caso anterior se producen entre estudiantes menores, se aplican las medidas socio educativas correspondientes.
La Ley califica como acoso académico a toda conducta negativa, intencional, sistemática de agresión, ridiculización, difamación, amenaza, incitación a la violencia y hostigamiento.
El Ministerio de Educación detalló que el docente que cortó el cabello a sus alumnos, en Latacunga, cumplirá actividades administrativas, mientras se cumple el debido proceso.