El país necesita cooperación en su lucha contra la inseguridad y el narcotráfico; además de más transferencia de conocimientos y tecnología, así como la firma de más acuerdos comerciales.
Juan Carlos Holguín, ministro de Relaciones Exteriores, aseguró que la visión del Gobierno de Guillermo Lasso es que en la diplomacia deben primar los intereses del país, sin sesgos ideológicos.
La prioridad más inmediata es la firma de la mayor cantidad de acuerdos comerciales, pero también conseguir la mejor cooperación en temas de seguridad y lucha contra el narcotráfico; además de la transferencia de tecnología y conocimiento.
La nueva visión de la Cancillería pone la mira en tener relaciones con todos, de acuerdo con las necesidades del país.
¿Las relaciones internacionales y la diplomacia cambiaron a partir de la pandemia?
Hay que entender que la pandemia generó un punto de inflexión en la diplomacia. Nosotros no hubiéramos pensado hace dos años ver países europeos comprando productos de abastecimiento de primera necesidad a ciertas economías con las que ni siquiera tenían relaciones diplomáticas.
Pero las necesidades post pandémicas hacen que se genere una nueva coyuntura mundial. Y donde Ecuador quiere estar listo es en tener la mayor cantidad de apertura comercial para que haya más mundo en Ecuador, lo cual significa menos precios y más bienestar acá; y más Ecuador en el mundo, que significa más empleo y dinero en el bolsillo de los ciudadanos.
Ecuador debe saber jugar su rol, y en este momento, lo importante es saber actuar en favor de sus intereses.
En ese sentido, ¿Cuáles serán los ejes de la diplomacia ecuatoriana post pandemia?
Tenemos seis ejes de la diplomacia de la prosperidad en la nueva etapa post pandémica. Primero es la diplomacia comercial, que no es el único eje, pero es el más importante en este momento para poder cerrar el círculo de la reactivación económica después de lo que fue la diplomacia de las vacunas.
En segundo lugar, tenemos la diplomacia de la transición ecológica, que ya nos permitió tener éxito en iniciativas como la ampliación de la reserva marina de las Galápagos.
En tercer lugar está la diplomacia por la paz, lo que incluye todos los temas de seguridad ciudadana, seguridad alimentaria, defensa.
El cuarto eje es la diplomacia científica y académica. Estamos buscando cooperación de Gobiernos y organismos multilaterales, entre otros, para transferencia de conocimientos, tecnología e innovación en temas centrales como salud pública.
Además, proyectamos reactivar la academia diplomática para tener una nueva camada de diplomáticos con la mira concentrada en la ciencia y tecnología.
Los últimos dos ejes son una transformación digital de todos los procesos de la Cancillería; y una diplomacia que reinstale a la cultura como un eje de desarrollo.
¿Cómo esta nueva visión ayudará para conseguir la cooperación necesaria en la lucha contra la inseguridad y el narcotráfico?
Muchos han pensado que cuando se habla de seguridad automáticamente se debe ver a Estados Unidos o Israel. Pero, por ejemplo, en el problema de las cárceles es donde mucha más cooperación puede haber de México y Colombia porque el fenómeno de los carteles en las cárceles es algo que no se da en todo el mundo.
Exploramos mecanismos de cooperación en defensa y seguridad dependiendo de la necesidad que tiene Ecuador en cada campo.
La lucha que está haciendo el país frente a las estructuras transnacionales criminales sí puede tener un abordaje regional. Más que en Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), el espacio es la Alianza del Pacífico, y sobre todo en Prosur (Foro para el Progreso de América del Sur).
En la declaración de Cartagena de Prosur se incluyó que los mecanismos regionales de integración deben tener un abordaje a la seguridad, porque se está luchando contra estructuras que tienen operaciones en casi todos nuestros países, como si fueran multinacionales.
¿Las diferencias ideológicas con Gobiernos como el mexicano no afectan las posibles acciones en conjunto contra la criminalidad internacional?
Con México tenemos un problema de migración riesgosa en frontera que hemos abordado en conjunto a pesar de las diferencias ideológicas. Se creó un grupo de acción inmediata, con el apoyo también de la patrulla fronteriza norteamericana, para ayudar a los migrantes ilegales e incluso identificar las causas del incremento de este fenómeno en los últimos 18 meses.
Esa misma lógica de cooperación se puede replicar para combatir problemas como el tráfico y consumo de drogas. De hecho, Ecuador ha dado ahora su apoyo a una iniciativa mexicana para entender el origen del armamento que tienen los carteles, que son los mismos que manejan el tráfico de drogas y de personas.
Si no es para temas de defensa, ¿qué se puede impulsar en conjunto desde instancias como la Celac?
En la Celac hay poca discusión todavía de las relaciones internacionales. Hay que ver cuál va a ser la posición de Argentina en su presidencia pro tempore respecto a la cooperación internacional.
Pero desde ese organismo regional, además de la exitosa integración para conseguir vacunas contra el COVID-19, se pueden impulsar temas como el aeroespacial.
Hace un par de semanas vi que en redes se recordaba el envío de la Agencia Aeroespacial Ecuatoriana de un instrumento al espacio. Eso quedó en un meme. Ecuador no tiene esas prioridades de Estado. Pero desde un instrumento regional sí lo puede tener porque viene con la cooperación de todos los países. El tema aeroespacial es vital para la geopolítica mundial en este momento.
Los acuerdos de cooperación internacional deberían ir ligados a este tipo de asuntos desde la Celac. Hay que explorar esos acuerdos con Rusia, con China, con Estados Unidos, con la India, que son los más avanzados en este tipo de sectores tecnológicos. (JS)
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