Renuncias masivas en EE.UU. revelan las diferencias entre ese mercado laboral y el ecuatoriano

Las pequeñas empresas en sectores como alimentación y comercio impulsan a la economía de EE.UU.
Las pequeñas empresas en sectores como alimentación y comercio impulsan a la economía de EE.UU.

En Estados Unidos se registran tres puestos de trabajo por cada dos personas buscando empleo. Millones renunciaron a sus trabajos, desde el inicio de la pandemia, pero para aplicar a puestos con mejores salarios. En Ecuador, no existe la competencia empresarial y la generación de empleo es mínima.

Desde el inicio de la pandemia se ha hablado cada vez con más fuerza y recurrencia de la llamada «Gran renuncia» en el mercado laboral de Estados Unidos. En concreto, ese fenómeno se refiere a que millones de norteamericanos han renunciado voluntariamente a sus puestos de trabajo.

Desde marzo de 2020 a febrero de 2022, se han contabilizado más de 70 millones de renuncias de ese tipo. Esta cifra se vuelve más relevante si se toma en cuenta que el número total de empleos en economía norteamericana es de alrededor de 150 millones. Es decir, en menos de dos años se han registrado renuncias equivalentes a casi el 50% de todos los puestos de trabajo.

Angélica Mora, economista y analista de mercado de empleo, explicó que comúnmente se ha explicado esta situación como un efecto directo de la pandemia del COVID-19 y un supuesto cambio en las prioridades y en el estilo de vida  de los trabajadores.

«Se ha vendido como que el mercado laboral se está ajustando a las necesidades del trabajo y que se renuncia en busca de mejor calidad de vida. Además, se ha dicho que mucha gente renunció porque buscaba reducir su contacto con otras y evitar contagiarse de coronavirus. Sin embargo, la mayoría de los que renuncian en Estados Unidos son personas entre 30 y 45 años; mientras que las de mayor edad (más vulnerables al virus) tienen una tasa de dimisión menor a al de antes de la pandemia», puntualizó.

Economía en expansión y facilidad para contratar

Los principales sectores «afectados» por la ‘gran renuncia‘ en Estados Unidos son los del comercio minorista, servicios sanitarios; y servicios de alimentación y hotelería. En estos han renunciado hasta 7 de cada 100 trabajadores cada mes.

Pero no están dejando sus trabajos para ir a su casa, sino que están yendo a otros negocios y empresas que les ofrecen mejores sueldos y beneficios. El número de puestos de trabajo que ofrecen las empresas se duplicó en el último año. Actualmente, hay alrededor de 11 millones de ofertas de empleo que no están siendo satisfechas; pero tan solo 7 millones de personas están buscando empleo.

En otras palabras, se registran tres puestos de trabajo formal por cada dos personas que buscan empleo. Por el contrario, en Ecuador, solo tres de cada 10 personas que buscan trabajo lo encuentran en el sector formal de la economía. Los niveles de informalidad casi se han duplicado en el caso de los jóvenes y han crecido más del 70% en los ciudadanos de media edad (30 a 45 años).

Además, gran parte del aumento de las ofertas laborales en Estados Unidos se debe a que se generó un importante ahorro durante la primera etapa de la pandemia, el cual ahora está siendo utilizado para crear más pequeñas empresas en busca de personal para crecer.

En Ecuador, la situación ha ido más bien en la línea del cierre de un porcentaje importante de pequeñas empresas y su transformación en microempresas con casi nula capacidad de contratación, y que antes las trabas para formalizarse, se constituyen con mínimo capital y parcial o totalmente en la informalidad.

Eduardo Rosero, pequeño empresario en el sector del comercio minorista ecuatoriano, explicó que en Estados Unidos hay un sistema de libre contratación, el cual es flexible y hasta 10 veces menos engorroso que el de Ecuador. Además, sin necesidad de un salario básico establecido por ley, la economía norteamericana tiene niveles más altos de sueldos y suben en el afán de buscar mejores trabajadores.

«En nuestro país, incluso sindicalista y funcionarios del gobierno, concuerdan en que tener empleo, aunque no sea en las mejores condiciones, es un privilegio. La creación de empresas es tan baja que no hay competencia para impulsar mejoras salariales reales. Además, todavía tenemos una estructura de costos y de aranceles que encarece todo», puntualizó.  (JS)