Así fue la detención y deportación del tripulante de Flopec en EE.UU.

buque petróleo Pichincha
Imagen del buque petróleo Pichincha (Foto: Flopec).

El Mecánico Operador de Bombas del enorme buque fue detenido en las calles de Long Beach por «posesión/compra de substancia controlada”. Esto provocó una alerta a la Policía local, que inspeccionó la nave ecuatoriana. Los detalles. 

El buque tanque Pichincha de la Flota Petrolera Ecuatoriana, uno de los más grandes del país, quedó en la mira de la Policía de California, Estados Unidos.

Esto luego de que la detención en tierra de uno de los tripulantes, específicamente el mecánico operador de bombas, Ángel F., de 37 años. El cargo: posesión/compra de “substancia controlada” para la venta.

Esto, según el parte de detención de la Policía de Long Beach, al que accedió LA HORA, ocurrió en la intersección de las calles Lakewood y Cover, a más de 20 kilómetros del barco, el 8 de marzo pasado a las 22:00. Ángel F. tenía 73,30 dólares y dos celulares, que fueron retenidos como evidencia.

Así, según los documentos de detención y liberación, en poder de este Diario, queda claro que el tripulante no estaba en el buque tanque que arribó al puerto de California tres días antes del suceso y que empezó la descarga del petróleo que llevó a Estados Unidos.

No obstante, al día siguiente, a las 21:21, el buque Pichincha, con 10 años de antigüedad, y cargado con cerca de 700.000 barriles de Crudo Oriente, fue inspeccionado por 28 agentes de la Policía de Long Beach. Esto porque la detención de Ángel F. hizo sospechar de que en la nave posiblemente había sustancias ilícitas.

Este Diario conoció que la tripulación quedó bajo vigilancia a bordo, con medidas de seguridad y sin poder bajar a tierra durante el procedimiento. Interrogaron a varios y requisaron el camarote de Ángel F..

Luis Lavayen, gerente subrogante de la Empresa Pública Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec), asegura que el buque fue revisado al detalle. “Pusieron de cabeza a la embarcación y no encontraron absolutamente nada. La duda de la Policía era que el buque era un medio donde transportaban droga, pero el buque estaba absolutamente limpio. Agradecieron la colaboración de los tripulantes”, asegura el Gerente.

La descarga de petróleo no se detuvo durante todo ese procedimiento policial.

Sin embargo, el buque tanque que transporta petróleo ecuatoriano queda bajo sospecha de las autoridades y, según Flopec, será constantemente revisado al llegar al puerto estadounidense. Eso es lo que incomoda a las autoridades de la flota petrolera.

Ángel F. fue liberado el 10 de marzo, luego de permanecer dos días en la cárcel. Debido al cargo de posesión/compra de substancias controladas, le impusieron una fianza que llegó a 750.000 dólares, pero las autoridades estadounidenses le otorgaron una “retención” de ese monto al no poder comprobar el origen lícito de los fondos que servirían para pagarla.

Lo liberaron por “razones insuficientes para una denuncia penal en contra del detenido” y fue deportado de los Estados Unidos. De hecho, el mismo buque en el que trabajaba se convirtió en el medio de salida, aunque ya fue relegado de sus funciones y permanecerá en su camarote durante todo el viaje de regreso.

El barco salió de EE.UU. el 12 de marzo y llegará al puerto de Esmeraldas el próximo jueves 23. Apenas baje a tierra, Ángel F. se enfrentará al Comité de Ética de Flopec, que analizará su permanencia en la empresa.

Esta instancia decidirá sobre, al menos, tres aspectos del caso. Uno, que el tripulante, con licencia nacional e internacional, es el encargado del control de combustible de la enorme nave que lleva miles de barriles de petróleo y, así se aplique la tabla de consumo de drogas, puede representar un riesgo para la tripulación, la embarcación y la carga.

Dos, la deportación implica que Ángel F. no puede ingresar durante 10 años a Estados Unidos, por lo que no podrá hacer más viajes en los barcos de Flopec. Y, tres, dice el Gerente Lavayen, que ha puesto en riesgo la reputación de Flopec frente a las autoridades de Estados Unidos.

Un documento de la empresa señala que, luego del suceso, se reforzarán los controles antinarcóticos y se incentivarán campañas de prevención para el personal embarcado y administrativo «a fin de mantenerlos libres de temas relacionados al consumo y al narcotráfico«.  (DLH)