Llorería y lawfare en el documental del correísmo

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Rafael Correa, expresidente de Ecuador. (Captura de imagen)

La propaganda, sin el caudal de recursos de antaño, intenta revivir con el lacrimógeno documental de los jerarcas del correísmo. Una estrategia transnacional quedó develada.

Lejos de la propaganda a la que nos tenía habituado el correísmo cuando tenían el poder absoluto y el grifo abierto del dinero estatal, llega un lacrimógeno y retaceado documental que tiene una intencionalidad clara: reforzar la teoría del lawfare dentro y fuera de Ecuador.

El documental del correísmo, de una hora y 38 minutos, con el título ‘Se fue a volver’, relata la supuesta traición de Lenín Moreno y el vía crucis de los jerarcas de esa tienda política.

El producto, realizado con dinero público de México, a través del Servicio de Medios Públicos de la capital mexicana y el canal público Corazón de la Capital, fue dirigido por Alonso Millán.

Ocho dirigentes del correísmo hablan de la supuesta persecución de la que fueron y son objeto por una unión nefasta, para ellos. El Gobierno, la Justicia y los medios de comunicación crearon puras mentiras con las que los calumniaron, enjuiciaron y estuvieron a punto de encarcelarlos como a Jorge Glas. Quien, de paso, es un preso político.

El expresidente Moreno los engañó para llegar al poder y los traicionó vilmente desde el primer día. Los vendió, sostienen. Viviana Bonilla, Ricardo Patiño, Gabriela Rivadeneira, Edwin Jarrín, Soledad Buendía, Galo Mora, Fernando Alvarado y el mismísimo Rafael Correa, se enfrascan en una llorería que, más allá de las quejas y espectaculares relatos de sus escapes del país, guarda veneno.

Incluso, los grandilocuentes y falsos relatos del cambio del país, donde llegan a decir que las mujeres recibieron reformas para que puedan tener propiedades, quedan opacados por la estrategia.

Casi al final del documental relatan con precisión las “ansias de venganza” de los medios de comunicación, del Poder Judicial y del Poder Ejecutivo para destruir a actores políticos, ellos obviamente. Persecución de supuestos agentes estatales a esos dirigentes y sus familias, seguimientos con drones, teléfonos intervenidos. Todo el relato sin pruebas, claro.

Ya desde hace un año, en Argentina, se empezó a hablar, desde el kirchnerismo, de que el lawfare debe ser tipificado en las leyes penales. En definitiva, este invento busca revisar condenas judiciales por casos de corrupción que involucran a los miembros del Socialismo del Siglo XXI o del Grupo de Puebla. Anular las sentencias por completo. ¿Cómo? Castigando a los jueces y fiscales que trabajaron para esas condenas, y vincularlos con los medios y periodistas que publicaron investigaciones de corrupción.

Todos entran en el mismo saco, tal cual el relato del correísmo que huyó de la Justicia ecuatoriana.

El argumento es tan potente en los amigos de los correístas que es usado hasta ahora por los seguidores de la vicepresidenta Cristina Fernández para pedir que se detenga la supuesta persecución judicial. Antes, las víctimas del lawfare también fueron los expresidentes de Brasil, Lula da Silva y Dilma Rouseff. Asimismo, Evo Morales.

Evo Morales no se queda atrás

De hecho, el expresidente de Bolivia presentará este próximo sábado, 5 de noviembre, en Argentina su propio documental.

‘Seremos millones’ se titula el producto que describe la vida de Morales, como enfrentó durante su vida el poder que dominaba su país desde hace siglos y, luego de su cuarto triunfo electoral, un golpe de Estado arremetió contra las esperanzas de un proceso de cambio. Al menos eso dice la reseña de la película, que tiene la música de Gustavo Santaoalla y León Gieco.

Lo que omite son las protestas de octubre de 2019 y su renuncia al poder, señaló el Diario boliviano Página Siete.

Pero, al menos en el tráiler, deja en claro cómo se deben enfrentar los poderes que lastiman su revolución: el Imperio, los gringos, los militares, Jeanine Añez.

Promete ser, entonces, al igual que el de Correa, un producto audiovisual propagandístico, populista y lacrimógeno.

Estrategia de la segunda ola

Todo valió la pena, dice Correa, al final de su video. Asegura que Ecuador está en disputa y que, más temprano que tarde, todo volverá a estar como antes. Algo que ya repite como mantra.

Antes de los créditos, el último guiño: se recuerda que Correa tiene 41 procesos penales abiertos. Aunque se omite que es un prófugo de la Justicia.

‘Se fue a Volver’, ‘Seremos Millones’. La estrategia en la segunda ola de los líderes de Socialismo del Siglo XXI es crear mártires, atacar a sus enemigos fabricados y anular sus corruptelas. (JC)

El pedido de extradición de Correa llegó a Bélgica