El anuncio de reelección de Lasso esconde una calculada estrategia económica

ESTRATEGIA. El presidente Guillermo Lasso tiene cartas bajo la manga para impulsar su modelo económico.
ESTRATEGIA. El presidente Guillermo Lasso tiene cartas bajo la manga para impulsar su modelo económico.

No fue un exabrupto ni un error, sino el síntoma de un cambio en el momento político ecuatoriano y un intento por generar confianza a futuro.

El presidente de la República, Guillermo Lasso, en su reciente visita oficial a Estados Unidos, dijo que “la Constitución del Ecuador permite la reelección por una sola vez, eso será en 2025, y al menos en Washington uno se envalentona un poco y puedo decirles que no voy a escabullir esa responsabilidad”.

Esta declaración, en la que abre la puerta a su reelección, no solo remeció el tablero político ecuatoriano, sino que fue el resultado de una estrategia económica, la cual ha sido poco analizada hasta la fecha.

Esa táctica económica apunta a dos ejes: generar confianza a mediano plazo en los inversionistas y financistas internacionales; bajar el riesgo país hacia un rango de entre 800 y 600 puntos.

Fausto Ortiz, exministro de Economía, explicó que el anuncio de Lasso no fue un exabrupto o un error. “La intención de presentarse como candidato a la reelección va en la dirección de mejorar el riesgo país que seguramente bajará de 1.200 puntos en enero de 2023”, dijo.

El Presidente dio un mensaje directo a los mercados externos enfocado en que la línea de responsabilidad, control de déficit fiscal, respeto por los contratos, y pago cumplido de las deudas, tendrá continuidad en el tiempo.

Apuesta calculada

En otras palabras, lo dicho por Lasso fue una apuesta calculada de cara al mundo. Por eso lo dijo en Washington y no en Quito, Guayaquil u otra ciudad del país, aseveró Andrea González, economista y consultora internacional.

«Con más fuerza desde junio de 2022, los inversionistas y financistas internacionales han visto con creciente temor que el Gobierno de Lasso podía convertirse en una corta excepción antes de la vuelta del populismo derrochador e irresponsable con sus compromisos. El anuncio de la reelección de Lasso apunta a desmontar ese escenario sombrío”, puntualizó.

González recalcó que el presidente dio ese mensaje respaldado en los altos índices de apoyo, por encima del 60% en la mayoría de las preguntas, para la consulta popular de febrero de 2023.

“Esa consulta puede ser un enorme punto de inflexión, ante la poca capacidad de respuesta del resto del espectro político ecuatoriano, Lasso podría demostrar que no está muerto políticamente como creen muchos”, añadió.

Proyección clave

Uno de los principales factores para que el riesgo país se mantenga alto para Ecuador es que los inversionistas y financistas tienen en la mira al año 2026.

En ese año se vence el periodo de gracia con bajísimos pagos de interés y de capital de la deuda en bonos renegociada por el expresidente de la República, Lenín Moreno.

Así, en 2026 se acumularán vencimientos de esa deuda, y de otras más como la china, por un valor superior a los $3.000 millones. El gasto público adicional por servicio de la deuda se mantendrá por encima de los $2.000 millones durante todo el próximo periodo presidencial.

Normalmente, sin esos vencimientos a futuro, Ecuador ya paga más de $5.000 millones anuales por el servicio de la deuda pública, tanto interna como externa.

En este contexto, el mayor temor es que un Gobierno de signo completamente opuesto a Lasso llegue al poder, se encuentre con esos compromisos, y no los quiera pagar o busque cambiar las reglas de manera unilateral para sacarle más impuestos a los inversionistas extranjeros que estén en el país.

Andrés Ruiz, economista y docente, afirmó que el riesgo país actual, y los bajos niveles de Inversión Extranjera Directa (IED), no son el resultado de que los mercados internacionales juzguen la capacidad de pago actual, sino más bien la futura.

“Un inversionista va a un país con la intención de quedarse varios años. Si firma un contrato en 2023, lo que va a valorar es si existe seguridad de que se lo va a respetar en 2026 o más allá”, añadió.

El Gobierno de Lasso, con su anuncio de intenciones de reelección, busca dar confianza a futuro para que el riesgo país pueda bajar a niveles de entre 600 y 800 puntos.

Esos niveles son los necesarios para que vengan más empresas al país e inviertan en los proyectos de infraestructura y producción que hace falta para que la economía crezca a mayores niveles y se genere más empleo de calidad.

“Lasso ha persistido en la reducción del déficit fiscal para reducir el ritmo de endeudamiento público, abrir más espacio, y preparar al país para poder asumir sin problemas los crecientes pagos del futuro. Lo que le falta es la atracción de inversiones extranjeras que compensen el poco espacio para más gasto público”, explicó González.

Como consecuencia del viaje a Estados Unidos, y las buenas perspectivas de la consulta popular, el riesgo país ya ha venido cayendo de más de 1.300 puntos a 1.246 puntos. (JS)

La combinación de crecimiento económico y orden fiscal permitirán que el peso de la deuda pública, como porcentaje del PIB, baje del 74% al 66,5% a finales de 2022.
El riesgo país mide la percepción de financistas e inversionistas internacionales sobre la posibilidad de que un país no pague sus deudas ni cumpla sus compromisos.