Cristina Orozco: ‘No me imagino a un hombre en el rol de primera dama’

Cristina Orozco Espinel. PhD (c) en Economía de Género por la Universidad de Szeged. Foto. Cortesía.
Cristina Orozco Espinel. PhD (c) en Economía de Género por la Universidad de Szeged. Foto. Cortesía.

Cristina Orozco Espinel, PhD (c) en Economía de Género por la Universidad de Szeged y Project Manager Identity Inc. Organización sin fines de lucro en los Estados Unidos para proyectos de equidad en inclusión, dio una entrevista a La Hora.

La presencia de la primera dama, Rocío de Moreno; y la esposa del presidente electo, María de Lourdes Alcívar, llamó la atención más que la que la reunión de los vicepresidentes durante el primer encuentro de mandatarios previo al cambio de Gobierno.

Un día después, el debate sobre el rol de la mujer en la política ecuatoriana se encendió en las redes sociales. Se cuestionó  la ausencia de representantes femeninas en los equipos de transición de Guillermo Lasso y Lenín Moreno.

Cristina Orozco, PhD (c) en Economía de Género por la Universidad de Szeged, cuestiona el rol de la primera dama y las políticas públicas en materia de equidad de género. Comenta que los roles de género, en la actualidad, están cambiando y eso debe ser visible en los gobiernos.

¿Cambia el rol o la visión que se tiene del papel que cumple la primera dama?

Siempre se ha visto a la primera dama como un personaje con un rol blando e inexistente en la toma de decisiones, como en la formulación de políticas públicas. La imagen de la primera dama está asociada en el imaginario común a temas de género, como la que secunda un personaje poderoso. Es el rostro amable y sonriente. Asociada a proyectos sociales, a la caridad, a entregar regalos a los niños, pero nunca he visto a una primera dama hablar sobre equidad de género o que sea un elemento importante en la solución de crisis, como el terremoto o la emergencia sanitaria por la pandemia.

¿La primera dama carece de un papel histórico?

No sabría decir cuánto recuerdan los ecuatorianos a sus anteriores primeras damas o cuánto sepan de las actuales y es precisamente por el rol que desempeñan: no existe una participación de la primera dama en decisiones importantes. No he visto a una que sea recordada por un acto emblemático o por participar en una propuesta de ley.

¿Por qué no hay esa participación?

Son cosificadas en un contexto político. Son vistas como muñecas de compañía, pero que en un mundo real podrían tomar decisiones duras para hacer que las cosas pasen, precisamente por su cercanía al poder.

Mira el caso de los Estados Unidos, con Melania Trump (exprimera dama). Ella tenía un rol decorativo. Lo que se miraba públicamente era cómo se vestía, alguna de sus aficiones, se la veía mostrando la decoración navideña en la Casa Blanca, siempre caminando detrás del expresidente Donald Trump.

¿Es rol secundario, pasivo o decorativo?

Todas. Es un rol secundario, anexo al presidente de la República; es un rol pasivo, casi invisible; y, es un rol decorativo cuando se limita a un rol tradicional de apoyo.

El rol de la primera dama es considerado secundario. Invirtamos los roles: No me imagino a un hombre en el rol de primera dama. No veo a un hombre asumiendo un cargo de “primer caballero”. Seguramente sería motivo de burla, incluso a mí me llama la atención y me pregunto -si se diera el caso-, ¿se le daría el mismo rol que a una primera dama tradicional, que vaya detrás de su esposa, de la mano, mientras ella toma las decisiones duras? Simplemente es algo que estamos acostumbrados a ver.

Es un tema cultural que nos lleva a reflexionar sobre cuál es el rol de la primera dama y de la mujer en la política. Ponte en mi lugar, si mañana mi esposo es electo presidente yo debo dejar todo por cuatro años para volcar todas mis energías a secundarlo, dejando de lado mis sueños y proyectos personales. Quizás puede ser fructífero, pero igual estaría dejando todo de lado.

María de Lourdes Alcívar está siempre de la mano de su esposo, Guillermo Lasso. ¿Cree que tiene un rol similar?

Veo a la futura primera dama más visible que las anteriores y eso es bueno. Pero más allá de eso me preocupa el discurso de Lasso, pues lo siento lejano a la sociedad moderna, más que por su edad, por un contexto cultural machista.

¿Crees que el discurso de Lasso es machista?

Me llamó la atención cuando, en su primer discurso, luego de presentar a su equipo de trabajo buscó a su hija y la presentó. Hizo mención a su estado civil. Eso fue un error, presentó a su hija y dijo que estaba soltera. ¿Le está buscando novio? ¿Qué importancia tiene eso? ¿La esta ofreciendo a la sociedad?

Sería más importante conocer cuál es su plan de inclusión de la mujer en la sociedad en el contexto economico y social. Sin embargo, su posición en contra el aborto y otros derechos de las mujeres, ya dejan ver un cierto límite de su parte en temas de inclusión y eso se reflejó también en la conformación en su equipo de transición.

¿La presencia de mujeres en el Gobierno es suficiente garantía para contar con políticas equitativas?

La representación importa  en todos los temas: sociales, migratorios, educativos, económicos. Imagina que vas a una reunión y en ella están solo blancos o solo negros, o solo chinos, ahí te das cuenta que en esa reunión no existe inclusión, porque no hay diversidad.

Durante la primera reunión de mandatarios, entre Moreno y Lasso, hubo un recibimiento colectivo, pero luego se dividió en grupos. Por una parte los presidentes, por otro sus esposas. ¿Existe simbolismo en ello?

Entiendo que debe haber reuniones por sectores o procesos de cada uno en su rama. Pero es claro que no quieren mezclar los roles que cada uno ejerce. Dejando de lado el tema de la organización, deja ver que entre presidentes se habla de política y entre primeras damas de otras cosas.

Si entro a un lugar y divido en grupos a las personas, asumo que a una persona no debe interesarle lo que a otra, es en parte excluyente. “No me interesa lo que hacen en otros grupos”. Quizás se da por optimizar tiempo, pero si queremos tener una política equitativa, cada tema debe ser visto desde diferentes puntos de vista.

La vicepresidenta de la República, María Alejandra Muñoz, se presentó como autoridad de la mano de su esposo.

Pero su esposo nunca es visible y no ocupa un rol secundario. La vicepresidenta Muñoz tampoco es una figura política conocida. Es decir, cuando llegó a la Vicepresidencia nadie sabía quién era, lo contrario hubiera pasado si subía una politica de trayectoria, en ese caso hubiese estado en la mira de todos.

Muñoz es relativamente invisible, además, de su viaje al Vaticano, no he visto que haya destacado por algo más, mucho menos en el tema de defensa de la mujer.

Los equipos de transición solo incluyen hombres y la única mujer en el equipo de Moreno no estuvo.

En Ecuador no existen cambios reales en cuanto a equidad. Estos no están presentes en la agenda ecuatoriana y eso no es nuevo. Se habla de economía violeta, de los femicidios, temas que son parte del discurso, pero en la práctica no se ven y esto parte del problema de la representación.

Imagina cómo piensa una niña que enciende el televisor y ve solamente hombres en cargos importantes. Podría crecer con la idea de que ella no puede aspirar a un puesto de poder. Es simple: si no tengo a quién admirar, quizás llegue a pensar que en política lo más que puedo aspirar será en convertirme primera dama.

¿Qué puede hacer Guillermo Lasso al respecto?

Mucho. Si ves el informe de las Naciones Unidas, Ecuador no ha avanzado en nada en materia de género en los últimos años. Podría comenzar por la representación, por poner mujeres en su Gabinete. En Ecuador hace falta un Instituto de la Mujer, donde se generen procesos y políticas públicas en materia de equidad de género.

Lasso debe revisar temas como el empleo. La pandemia dejó a la vista las inequidades en cuanto al acceso a oportunidades. Si antes de la pandemia era difícil para una mujer conseguir empleo, imagina cómo es ahora.

¿En lo personal?

Lasso tendrá que modificar algunas cosas y no porque sea bueno o malo. Un hombre no puede ver las inequidades de la misma forma. A un hombre no le mandan mano en la calle, no debe aguantar el acoso o el miedo cuando vuelve a casa por la noche, simplemente no lo ha vivido de la misma forma. Es como encargar a los curas a que hablen de paternidad.

Son mujeres las que deben trabajar en estos temas. Se debe, por ejemplo, fomentar el emprendimiento femenino. En Cooperación Internacional hay iniciativas de inversión hacia la mujer con resultados impresionantes, son retornos más altos y seguros. Quizás ahí, la experiencia de Lasso como banquero pueda ser útil.

¿Qué puede hacer María de Lourdes Alcívar?

Desde el rol de primera dama no sé qué tanta flexibilidad tenga para tomar decisiones, seguro existen límites en su funciones. Si fuera mi caso, lo primero que haría es tratar de reunirme con las personas que tengan el poder y exponer la problemática de género en temas de educación, economía, proyectos de inclusión. Pero, insisto, no sé hasta qué punto el rol del presidente lo permita o si el mismo presidente «le deje». (LGP)