El número promedio de contratos laborales al mes casi se triplicó en 2022 con respecto a 2020; pero la informalidad sigue siendo mayoritaria

TRABAJO. El sector agroindustrial es uno de los que más contratos genera.
TRABAJO. El sector agroindustrial es uno de los que más contratos genera.

El costo de la contratación, con todos los beneficios de ley, está fuera del alcance de la mayoría de las microempresas. El tejido productivo se ha ajustado para producir con menos recursos.

En 2020, en medio del golpe más fuerte de la pandemia, en promedio se concretaron 13.200 contratos laborales al mes. Dos años después, en 2022, con cifras récord de ventas, el promedio de contratos mensuales casi se triplicó a 39.100.

Esta mejora, sin embargo, no contribuyó a que aumentara sustancialmente la formalidad y los empleos de calidad en la economía ecuatoriana.

Esto se debe a que, al mismo tiempo, el promedio de actas de finiquito (desvinculaciones y despidos) se ha mantenido en más de 61.000 al mes.

Desde el año 2020 hasta la fecha, se han firmado (y continúan vigentes) 985.293 contratos formales de trabajo. En el mismo periodo, sin embargo, se han emitido 2’340.288 actas de finiquito. Así, por cada puesto creado, con todos los beneficios y costos de ley; se destruyeron más de dos.

Esto, de acuerdo con Alicia Domínguez, economista e investigadora en temas de desarrollo empresarial, representa uno de los problemas estructurales del país.

“Más de 9 de cada diez empresas en el país son microempresas, con niveles bajos y medios de ventas. Esos negocios han visto incrementado entre 10% y 20% sus costos de producción y se han tenido que ajustar el cinturón para seguir existiendo”, puntualizó.

Según el directorio de empresas, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), de un total de 849.831 empresas en el Ecuador, las que están en el nivel micro ( con entre 1 y 9 empleados) suman 797.687.

“El tejido empresarial ecuatoriano está en un periodo de ajuste. Se busca producir igual o más, pero con el mínimo posible de empleados. Se está contratando, pero solo en puestos claves y se deja de lado los puestos que no den valor agregado. Por eso, los contratos laborales son menores frente a las actas de finiquito”, añadió Domínguez.

Menos empresas

A pesar de que mecanismos como la Sociedad de Acción Simplificada (SAS) ha reducido los costos de creación y constitución de un negocio, y han contribuido a mover la economía, el balance final es que el país todavía tiene menos empresas formales que en 2018 (último año de crecimiento económico antes de la pandemia).

Según el INEC, el número de empresas formales registradas llegaba a 914.907 hace cinco años; pero actualmente la cifra no supera las 849.831.

Una parte del tejido productivo perdido se ha ido a operaciones informales o semi informales para abaratar costos y seguir existiendo.

Lorena Barragán, economista y emprendedora quiteña, puntualizó que Ecuador necesita realidad y pragmatismo para facilitar que se formalice la economía y existan más empresas.

“Se necesita fomentar la entrada y salida libre en el mercado laboral, es decir, que exista real movilidad y, como sucede en sociedades como Dinamarca, los contratos laborales tengan un amplio margen de negociación entre empleador y empleado. Tenemos que ajustarnos a la realidad”, puntualizó Barragán.

Sin embargo, luego del fracaso de la Ley de Oportunidades, donde se incluía la propuesta de reforma laboral de la actual administración, no se han cumplido con las sucesivas promesas de enviar nuevas propuestas, cambiar normas secundarias o incluso crear modalidades de contratación más flexibles vía decreto ejecutivo.

Según las cifras del INEC, casi 3 millones de ecuatorianos están registrados con un empleo adecuado; pero solo un poco más del 52% tiene todos los beneficios de ley como la afiliación al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

En otras palabras, para poder mantener puestos de trabajo, con al menos el salario básico y ocho horas de labores, gran parte de los negocios y las empresas han buscado formas de eludir la normativa laboral vigente.

Por eso, los niveles de empleo adecuado son mayores que los de contratos registrados en el sistema del Ministerio de Trabajo. (JS)

¿Los resultados electorales frenaron el optimismo económico?

En enero de 2023, según los registros del Ministerio de Trabajo, la cifra de contratos creados llegó a las 76.686. Esto significó casi el doble del promedio mensual de 2022.

Sin embargo, luego del resultado de las elecciones seccionales y la consulta popular, el monto de nuevos contratos cayó a menos de la mitad.

Aunque todavía falta seguimiento en los meses siguientes, todo apunta a que el optimismo inicial, que estaba basado en la expectativa de que el Gobierno encontrara un segundo aire político y más estabilidad, se vio truncado y dejó en suspenso gran parte de los proyectos productivos.

Enero de 2023 fue el único mes, desde el inicio de la pandemia, cuando el número de nuevos contratos superó a las actas de finiquito.

El 94% de los contratos se concentra en 9 modalidades

   
   
Tipo Número de contratos
Contrato indefinido 556.300
Contrato Especial Emergente 108.668
Contrato por giro del negocio 94.493
Contrato de jornada parcial permanente 61.734
Contrato Sector Productivo 27.770
Contrato de obra cierta 26.852
Contrato de temporada 26.313
Contrato eventual 13.307
Contrato Verbal 11.605

* Contratos creados y vigentes entre 2020 e inicios de 2023

Contratos laborales y finiquitos por actividad económica

 
Periodo entre 2020 e inicio de 2023    
     
Actividad Contratos Finiquito
Agricultura 157.383 399.548
Comercio al por mayor 154.840 323.539
Industrias manufactureras 109.705 266.893
Construcción 61.792 250.261
Actividades de servicios administrativos y de apoyo 79.826 225.436
Actividades profesionales, científicas y técnicas 55.265 152.275
Otras actividades de servicios 45.063 91.059
actividades de alojamiento y servicio de comidas 39.978 85.022
transporte y almacenamiento 40.738 82.460
enseñanza 35.943 70.709