Ese aumento del consumo, de la mano de un precio subsidiado y congelado, esconde también contrabando y otros problemas relacionados con el diésel y la gasolina.
Durante los primeros dos meses de 2023, Petroecuador despachó 625’524.567 galones de combustibles para diferentes sectores de la economía nacional. Ese nivel de despacho representa más de 17% con respecto al mismo periodo de 2022.
El consumo de combustible comenzó a dispararse durante el año pasado. Según Fausto Ortiz, exministro de Economía, el crecimiento es más atípico cuando se analiza el consumo de diésel.
Ese combustible tiene un precio congelado y subsidiado de $1,8; pero que al menos debería costar $3,37 por galón.
“El crecimiento de barriles importados de diésel no guarda lógica con el crecimiento de la economía. Es un claro reflejo del impacto del precio subsidiado y, entre otras causas, el contrabando”, dijo.
En 2022, el consumo y la importación de diésel aumentaron alrededor del 19%; y en el inicio de 2023, se continúa esa misma tendencia.
Esto es una señal de alerta grande porque significa que el gasto en subsidios volverá a ser alto, y se comerá buena parte de los ingresos generados por la exportación de crudo.
El año pasado, empujado por los altos precios internacionales y los bajos precios internos, el subsidio a los combustibles llegó a los $4.560 millones, es decir, alrededor de $380 millones al mes.
Estos montos representan hasta tres veces más que todo el presupuesto anual para bonos y ayudas sociales directas, que el actual Gobierno ha duplicado en los últimos meses.
Así, el gran triunfo del presidente de la Conaie, Leónidas Iza, luego del violento paro de 2022 (gasolina más barata), no solo quita recursos para los que más lo necesitan; sino que también impulsa el contrabando.
René Romero, ingeniero petrolero, explicó que en los últimos meses se han develado tramas de corrupción como “los llamados barcos ‘fantasma’ que comerciaban gasolina subsidiada desde Ecuador hacia países vecinos como Colombia. A eso se suman datos como que más del 70% de los pescadores artesanales de Esmeraldas también han estado involucrados en contrabando”.
Focalización sin ruta
Según la proforma presupuestaria, elaborada por el Gobierno de Guillermo Lasso para 2023, el gasto en subsidio a combustibles se estimó en $2.667 millones.
Sin embargo, el aumento del consumo interno (que en parte se va al contrabando), junto con el encarecimiento de los combustibles a nivel internacional, podrían empujar a una subida de al menos 15% a 20% en los subsidios.
Así, el gasto representaría más de $3.200 millones al año, o más de $266 millones mensuales. Esto representaría un golpe duro en unas finanzas públicas, donde ya se calcula, sin tomar en cuenta el efecto de mayores subsidios, un déficit fiscal (más gastos que ingresos) de $2.600 millones.
Las posibilidades de reducir este gasto son bajas porque, de acuerdo con el mismo Gobierno, recién en septiembre de 2023, y como un plan piloto enfocado en la Costa, se podría implementar algún tipo de esquema de focalización.
Este plan piloto de focalización no solo se enfocaría en la Costa; sino que únicamente incluiría a las estaciones de servicio de Petroecuador.
También está pendiente la formalización de alrededor de 500.000 vehículos que llenan su tanque de combustible en las gasolineras del país; pero que no tienen matrícula.
Al final del año pasado, se eliminó el subsidio a los combustibles que usan las camaroneras de más de 30 hectáreas productivas. Esta medida, en el mejor de los casos, generaría un ahorro de $160 millones anuales.
La eliminación para otros sectores como el pesquero se ha quedado en papeles.
Pero, la focalización del sector automotriz, que constituye el 65% del subsidio, es complejo, según Romero porque el consumo de gasolina barata está cultural y políticamente muy arraigado en Ecuador.
LA HORA analizó que esas trabas culturales y políticas son parte de las razones que han hecho que este o los anteriores Gobiernos no hayan implementado soluciones sencillas y rápidas de focalización. (JS)
Sin subsidio, el diésel debería costar alrededor de $3,37 por galón; y la gasolina extra llegaría a alrededor de $2,80.
¿Por qué aumentan los precios internacionales de los combustibles?
Aunque el precio del barril de crudo no llega a los altos niveles de 2022, el costo de los derivados, es decir, de los combustibles se ha encarecido en 2023.
En el caso del diésel, ese costo ha subido más del 30%; mientras que la gasolina ha crecido en más del 16%.
Esto se debe a factores como la reactivación económica de China y el aumento de su demanda de combustibles, la no recuperación de la capacidad refinadora mundial, las mayores sanciones económicas contra Rusia, entre otros.
Las inversiones siguen a la espera
El Gobierno tiene proyectos de inversión en carpeta, que van desde el aumento de la capacidad de refinación en la Refinería de Esmeraldas hasta el aprovechamiento de gas asociado que se quema en los campos petroleros.
Sin embargo, los plazos iniciales no se han cumplido y los procesos se demoran más de lo que el Gobierno proyectó cuando llegó al poder.
Las inversiones son más urgentes en un escenario de encarecimiento de los combustibles a escala internacional.
“Ecuador debe replantear su política estratégica de compra de derivados de combustibles, para reducir el alto impacto que se generan en las cuentas fiscales del país por los subsidios”, dijo Nelson Baldeón, empresario vinculado al sector energético.