La urgente reforma policial / El Comercio

Los avatares, declaraciones furibundas o poses megalómanas, que saben entretener a los ciudadanos interesados en enterarse o divertirse sobre los vaivenes políticos, no pueden ser obstáculos para emprender la reforma policial que la comunidad demanda con urgencia.

Al inicio del actual Gobierno se recurrió a la cortesía para solicitar la remoción del mando, pero este fue renuente a comprender las necesidades del cambio y fue necesario recurrir a varias sustituciones en el escalafón . Sin embargo, concluido este proceso, una pesimista percepción empieza a decepcionar a la ciudadanía, pues no se observan más cambios que las usuales modificaciones y asignaciones burocráticas del mando policial.

En diálogos preliminares con importantes funcionarios gubernamentales sobre el complejo problema nacional que significa la actual situación de la Policía Nacional, se puede deducir que existen tres ejes fundamentales que integrarían la estrategia nacional en este campo.

Éstos son: desagregar el control del tránsito y adherirlo al Ministerio de Obras Públicas y Transporte; modificar la absurda rotación de funciones y destinos del personal uniformado, que ha impedido una adecuada inserción del policía en la comunidad y ha conspirado contra la especialización profesional y, finalmente, instaurar auditorías externas que restauren el ejercicio del control que se ha perdido hace mucho tiempo.

Sería injusto, en este propósito y balance de situación, no reconocer que existen unidades policiales que, sea por la ayuda externa, como es el caso de las unidades de lucha contra el narcotráfico, o por propio esfuerzo corporativo, como la Unidad Antisecuestro, gozan de respetabilidad y prestigio diariamente labrado .

Entre los ejes de acción anotados, el más urgente es el señalado en primer lugar que consiste en separar el control del tránsito -que es una área de carácter técnico y profesional- de la administración de la fuerza pública que, en el caso ecuatoriano, ha precipitado a un descalabro institucional que en Quito y en muchas carreteras del país han producido situaciones de extrema peligrosidad .