El 60% del movimiento económico alrededor del regreso a clase se perdió desde la pandemia

REALIDAD. Con menos estudiantes en las aulas, la economía no se reactiva y los sectores afectados no encuentran soluciones a la crisis.
REALIDAD. Con menos estudiantes en las aulas, la economía no se reactiva y los sectores afectados no encuentran soluciones a la crisis.

Desde tiendas de barrio hasta buses escolares, los ingresos no crecieron con el porcentaje de asistencia presencial en las aulas.

Antes de la pandemia el retorno a clases, como el de este 1 de septiembre 2021, generaba un movimiento económico de al menos $750 millones. Tiendas de barrio, bazares, vendedores ambulantes, pequeños textileros, buses, entre otro se beneficiaban de la demanda generada por casi 2 millones de estudiantes del régimen Sierra y Oriente.

Ahora, sin embargo, la situación es compleja. Con apenas 8% de asistencia presencial, es decir, un poco más 120.000 niños, niñas y adolescentes, junto a 20.000 profesores la economía languidece.

En el mejor de los casos, el nuevo ciclo escolar generará $300 millones, lo que significa 60% menos en los bolsillos de negocios, emprendedores y familias.

Golpe económica a toda escala

Como ha ocurrido desde el inicio de la actual crisis, los más perjudicados son los microempresarios y los informales.

Belisario Balseca, de 46 años, explicó que antes una de sus principales fuentes de ingresos era la venta de golosinas y algunos útiles escolares a las afueras de un par de instituciones educativas.

Pero, desde hace varios meses, ha tenido que buscarse la vida con otro tipo de trabajos eventuales, como construcción, cuidar coches en el sector comercial, venta ambulante de mascarillas.

“Los niños mueven los negocios. Ellos y sus papás compran cosas, pero mucho menos que antes. Mis ingresos diarios no superan los $10, cuando antes podía llegar fácilmente al doble”, dijo.

Por su parte, Andrea Calderón, microempresaria textil, comentó que las clases representaban al menos el 50% de sus ingresos del año, pero la confección y venta de uniformes se desplomó con la pandemia.

“Antes tenía cinco empleados en mi taller. He tenido que buscar otro tipo de negocios como la fabricación de mascarillas de tela, pero no me alcanza sino para dos operarios. Los gastos se han ajustado y todavía no sacamos la cabeza de la crisis”, puntualizó.

Transporte y papelería se reactivan en un 30%

De acuerdo con cifras del Servicio de Rentas Internas (SRI), aunque hay un incremento de la actividad en 2021, los niveles de pago de impuestos del transporte escolar son hasta 70% menos que antes de la pandemia.

Aníbal Burbano, transportista con más de 10 años de experiencia, recalcó que la reactivación llega, en el mejor de los casos, al 30%. “No solo que tenemos muchísimo menos estudiantes que transportar, sino que por el lado turístico tampoco ha habido una mejora para completar los ingresos de cada mes”, aseveró.

Mientras los ingresos no se recuperan, el pago de créditos y otras obligaciones se acumulan. Hasta la fecha, el actual Gobierno no ha establecido una política clara para aumentar el financiamiento a los sectores más afectados por la crisis.

Según un informe de la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD), la cartera de créditos otorgados al sector en medio de la crisis no supera los $2 millones, lo que representa una caída de más del 17%.

Asimismo, los negocios de papelería y venta de útiles escolares han tenido una contracción similar al transporte, pero tienen expectativas de recuperar algo de lo perdido en los últimos meses.

Esa esperanza se basa en que el Ministerio de Educación ha recomendado que se compre una lista básica de útiles escolares. Esa lista consta, entre otras cosas, de un cuaderno cosido, lápiz, borrador y una caja de témperas. El precio es de $11,30.

Belisario Lucero, dueño de un pequeño bazar, comentó que la mayoría de los negocios se quedaron con mercadería acumulada.  “Estamos esperando una reactivación de la educación para ver si mejoramos nuestra economía porque estamos muy decaídos”, añadió. (JS)

Según organismos internacionales, en el sistema público han desertado más de 90.000 estudiantes. Ese número se duplicaría si se suma al sistema privado.