Ecuador hace muy poco para evitar a los caudillos, dice Anamaría Correa

La politóloga Anamaría Correa. (Foto: Cortesía USFQ)

Ecuador tiene una clase política que no levanta la cabeza. Eso implica riesgos para la democracia y la ciudadanía   

La polítóloga Anamaría Correa —analista y académica de la Universidad San Francisco de Quito— se muestra pesimista con respecto al desarrollo de la clase política en Ecuador. Insiste en que el país no está vacunado contra el autoritarismo y que muy poco se está haciendo para prevenir la aparición de nuevos caudillos. 

P. Hasta el momento, no ha surgido en Ecuador un caudillo de corte autoritario/populista con un discurso antiderechos — como muchos consideran a Nayib Bukele, en El Salvador, o Jair Bolsonaro, en Brasi l—. ¿Por qué ha sido así? ¿Es esa apreciación correcta?

 No estaría tan de acuerdo con esa apreciación.  Rafael Correa, si bien se autoidentificaba con la izquierda, era un líder que en muchos sentidos era antiderechos y tenía un discurso muy fuerte alrededor del tema del orden y la seguridad.  No todo caudillo autoritario tiene que ser derecha.  Existe también la izquierda conservadora y autoritaria. 

P. ¿Qué debería priorizar la clase política ecuatoriana este momento para prevenir un ascenso o surgimiento de figuras de ese perfil?

La clase política ecuatoriana no tiene una lógica de largo plazo. Tiene, a lo sumo, una apenas de llegar a las siguientes elecciones.  Será muy difícil que se articulen alrededor de esto.

P. ¿Dónde yace, según su apreciación, el origen de la pasión nacional y regional por los caudillos? ¿Obedece más a factores culturales o a las condiciones objetivas (económicas-sociales)? 

América Latina ha sido tradicionalmente afín a los caudillos y Ecuador no es la excepción.  Creo que tiene que ver con ambos factores, tanto culturales como de las condiciones económicas y sociales, que hacen que la gente probablemente busque soluciones fáciles y rápidas a sus problemas económicos.

P. ¿Cómo considera que empata el tema de género en la cuestión del autoritarismo y la violencia estatal? ¿Crees que la población femenina o las autoridades femeninas son menos propensas a incurrir en ello? 

No creo en una visión esencialista del género. Lo que sí es definitivo es que el Estado ecuatoriano y sus líderes, sistemáticamente, han obviado tratar el tema de género de una manera estructural y efectiva.  No se trata de tener policías mujeres, sino de que la sociedad en general y sus instituciones dejen de lado las estructuras patriarcales, machistas y violentas.

P. Si analizas las nuevas generaciones de políticos, tanto los ‘outsiders’ como los ‘jóvenes’, ¿eres optimista? ¿Pesimista?¿Crees que el país se está alejando o acercando a la posibilidad de tener más instituciones fuertes y menos liderazgos personalistas? 

Soy pesimista.  Los nuevos políticos no están construyendo partidos, sino utilizando vehículos electorales para participar en las elecciones; basta ver con qué partidos o movimientos se lanzan los candidatos a la Alcaldía de Quito. (DMS)