El loco de Carapaz nos hace celebrar

Richard Carapaz celebra su oro olímpico
Richard Carapaz celebra su triunfo en Tokio

La medalla de oro en Tokio de Richard Carapaz hizo celebrar a los ecuatorianos. Recién el 18 de julio de 2021 estuvo en el podio del Tour de Francia.

Empezaron los Juegos Olímpicos de Tokio y Ecuador ya ganó oro. Si así arranca, pues que no pare. Los que no pegaron los ojos para ver a Richard Carapaz en competencia atesorarán cada minuto (y eso que fue en la madrugada ecuatoriana).

Quizás el momento en que más de uno lloró ? fue en el Himno Nacional. Lágrimas que se han extendido hasta el amanecer. Esta nota se escribe a las 07:27 y sigue como tendencia en Twitter ‘Himno Nacional’. Y sí, cualquier mortal ecuatoriano llora con ver en el podio al mijín, escuchar el «(…) Gloria a ti, Gloria a ti (…)» y la bandera rugir en el viento.

El propio «Mijín» reaccionó en su cuenta de Twitter. Y como él pertenece a un Olimpo, se da el lujo de agradecer a Ecuador. ¡El Ecuador te agradece a ti, Richard CARAPAZ!

De verdad es una poesía para los mortales ecuatorianos. Los últimos días no han sido fáciles; bueno, los últimos meses han sido muy complicados para el país, al punto que esta segunda medalla de oro en unos Juegos Olímpicos caen como un baño de alegría. Hace poquito, el 18 de julio de 2021, contentó a su pueblo con un podio (tercer lugar) en el Tour de Francia.

El carchense acaba de dar una lección: no conformarse. Dicen los entendidos que la última vez que un ciclista estuvo en el podio de París y en otro de los Juegos Olímpicos fue en el año 2000. Ese año el alemán Jan Ulrich, segundo el el Tour de Francia, se llevó el oro de Sydney. ¡Esas cosas solo lo logran los inmortales!

Y esas maravillas se celebran. Obvio que Ecuador está de fiesta. El maldito virus ha obligado que los abrazos entre extraños estén vetados, pero en las fotos y videos que circulan en redes se ve a familias y amigos disfrutando del triunfo de Carapaz en Tokio. Se dieron el lujo de registrar, como para contar a sus descendientes, esas hazañas que parecieran irrepetibles.

Y ya cuentan que en Tulcán hay fiesta. Pensar que por el Carchi pedaleaba con una bicicleta vieja y ahora regresará con tanta gloria que Tulcán será la capital de la alegría.

Sí, se vale llorar. Se vale la pena gritar. Se vale la pena todo; hasta ver una y otra vez el video del Himno Nacional. ¡Gracias, Mijín!