Durante los últimos 8 años, el bienestar y la educación financiera de los ecuatorianos se ha deteriorado

Las familias ecuatorianas manejan cada vez peor su economía.
Las familias ecuatorianas manejan cada vez peor su economía.

El 62% de la población no tiene una cultura de ahorro y el 53% cubre sus gastos con deuda.

Solo Argentina y Paraguay, dentro de Sudamérica, tienen actualmente un menor índice de bienestar financiero que Ecuador. En los últimos 8 años, ese índice ha caído 11 puntos en el país, desde un puntaje de 57 a 46 sobre 100.

Los ecuatorianos registran menos educación financiera, con un puntaje que pasó de 12,5 a 12,2 sobre 21, sobre todo en temas básicos como qué es y cómo funciona la tasa de interés simple. Menos del 20% de las personas puede dar una respuesta cercana a la realidad.

Además, el comportamiento también se ha deteriorado hasta el punto en que el 62% de la población no tiene una cultura de ahorro y el 53% cubre sus gastos con deuda, a través de préstamos legales o ilegales.

De acuerdo con el informe elaborado por la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD), todos estos elementos hacen que la población del país esté más vulnerable ante varios eventos: enfrentar choques externos, como una enfermedad; cumplir metas financieras, como adquirir una casa o expandir un negocio; acceder a otros productos financieros, como seguros.

Así, por ejemplo, los seguros privados de salud o los planes de ahorro para la jubilación tienen una cobertura de menos del 20% en la sociedad ecuatoriana.

Cuatro aspectos claves

Alicia Muñoz, economista e investigadora en temas de desarrollo social, explicó que cuando se hace referencia al bienestar financiero se apunta al estado en el cual una persona puede cumplir satisfactoriamente sus obligaciones financieras actuales, puede sentirse segura acerca de su futuro financiero y es capaz de tomar decisiones que le permiten disfrutar de la vida.

Así, el concepto involucra cuatro elementos fundamentales:

  1. Control sobre las finanzas diarias: Se refiere a que las personas poseen habilidades para controlar sus finanzas; esto es cubrir a tiempo sus gastos y deudas, sin preocuparse por no tener dinero. En este aspecto, aunque la mayoría de los ecuatorianos reconoce la importancia de establecer metas y tener claro un presupuesto mensual, menos de un 30% lo hace efectivamente.
  2. Capacidad para absorber choques financieros: Si la persona es capaz de sobrellevar retos financieros inesperados. En ese punto, en un escenario de bajos ingresos y poca cultura de previsión, más del 60% de los hogares no tiene reservas ni para soportar más de tres meses si pierden la fuente principal de sustento.
  3. Cumplimiento de metas financieras: Si la persona percibe que se encuentra en el camino correcto para cumplir su meta financiera, tal como comprar un carro o una casa. Las personas poseen un plan financiero formal (o informal) y trabajan activamente para alcanzarlo.
  4. Libertad financiera para tomar decisiones que permitan disfrutar de la vida: La libertad de un individuo o familia para gastar de más en otros aspectos (salir a cenar, tomarse unas vacaciones). Actualmente, los alimentos representan entre el 53% y un poco más del 42% del presupuesto de los hogares pobres y de clase media. Esta realidad, que se ha profundizado con la creciente inflación, deja sin espacio financiero a la mayoría de la población. (JS)

Falta información y una estrategia nacional

A pesar de que instituciones como el Banco Central, la Superintendencia de Bancos y varias organizaciones de la sociedad civil han implementado medidas para aumentar la educación y el bienestar financiero, Ecuador se ha quedado a la zaga de los países vecinos.

Roberto Andrade, economista, comentó que en la sociedad ecuatoriana no se ha podido establecer una estrategia nacional para mejorar la educación financiera. Ese tipo de acciones se dan en economías como la peruana. “En Ecuador, cada entidad busca hacer algo, pero no hay coordinación ni metas claras”, dijo.

Tampoco existen mecanismos para levantar periódicamente información propia sobre la realidad financiera de las familias ecuatorianas. La mayoría de los datos vienen de estudios de organismos internacionales.

En el país ni siquiera hay voluntad para eliminar la sobrerregulación y depurar el exceso de trámites y requisitos para acceder a productos financieros como los créditos.

A todo esto, se suma que la mejor forma de darle más capacidades económicas a la población ecuatoriana es a través de reformas, tanto legales, tributarias y productivas, para que se generen más y mejores empleos.

En 8 años, el porcentaje de adultos ecuatorianos que dice prestar atención al mañana, y no solo en gastar y vivir al día, pasó del 48% al 36%.