El llamado del presidente Lasso es un primer paso, pero se necesitan acciones concretas e incluso cambios legales y de políticas públicas para lograrlo
El presidente Guillermo Lasso, a través de una carta pública, llamó a los bancos y cooperativas para que respondan al clamor de la ciudadanía y mejoren las condiciones de acceso al crédito.
“Las tasas deben reducirse, y los plazos deben extenderse. En pocas palabras, la reactivación de la economía debe funcionar ante todo para quienes más han sufrido los estragos de la pandemia”, puntualizó el Primer Mandatario.
Diego Olmedo, economista y socio fundador de Olmedo Inversiones y Finanzas, explicó que ese llamado es un positivo gesto político encaminado a generar confianza y convocar al diálogo.
“El sector financiero se rige por expectativas y el mensaje de Lasso va en la línea de buscar un trabajo conjunto para conseguir el objetivo de crédito barato para más ecuatorianos. Sin embargo, el proceso para llegar ahí toma tiempo y necesita de acciones concretas”, dijo.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a Perú le tomó alrededor de 10 años bajar sus tasas de interés hasta el 2% para el sector productivo. En el caso de Ecuador, pasar del 16% al 8% en la tasa para préstamos de consumo; o del 10% al 5% para crédito productivo, podría tomar entre 4 y 5 años.
Cinco claves para bajar las tasas
Conformar la Junta de Regulación Financiera
El primer paso que debe dar el presidente Lasso es conformar la Junta de Regulación Financiera, tal como lo establece la Ley de Defensa de la Dolarización. Así, deberá presentar ternas para que la Asamblea elija a los tres miembros de esa instancia, que es la que determina la política de tasas de interés.
Esa política se debe construir con el aporte de todo el sector financiero y buscando una hoja de ruta a mediano y largo plazo. Diario La Hora consultó a la Asobanca sobre el llamado de Lasso y su predisposición a trabajar en conjunto con el Gobierno, pero no se recibió respuesta.
Sistema más flexible
Hasta 2020, la Junta de Regulación Monetaria y Financiera establecía las tasas de interés máximas para 22 segmentos identificados de crédito. A finales de año, en conjunto con el Banco Central (BCE), se comenzó a trabajar en una nueva fórmula de cálculo para esas tasas máximas.
Sin embargo, Diario La Hora no ha recibido de respuesta de cómo avanza ese proceso.
La superintendente de Bancos, Ruth Arregui, ha dicho el sistema actual es “muy malo”, porque en los hechos, todas las instituciones financieras han fijado su costo de financiamiento en el techo, y “nadie baja un centavo para tener más competencia”.
Por eso, la funcionaria ha propuesto que el país pase a un esquema de banda, con máximos y mínimos, con lo que se podrían ir generando reducciones a mediano y largo plazo.
El exministro de Economía, Mauricio Pozo, también añadió que debería existir flexibilidad para que se analice caso por caso, y se asigne un costo relacionado con la viabilidad, riesgo y capacidad de pago de cada cliente.
Reforma al Código Monetario y Financiero
Santiago Mosquera, director de la Escuela de Negocios de la Universidad San Francisco de Quito, comentó que el Código Monetario y Financiero (creado en 2010 durante el correísmo) está desfasado.
Entre muchas falencias, no crea condiciones que permitan, por ejemplo, la fijación libre de tasas de interés y flexibilidad para el establecimiento de segmentos de crédito más acorde con la demanda y necesidades del mercado.
Desde la Superintendencia de Bancos se ha reconocido que Ecuador es parte del club de los 7 países de la región más alejados de cumplir con las normativas internacionales de supervisión bancaria.
Más bancos extranjeros
Un componente esencial para generar más competencia y bajar las tasas de interés es la llegada de más bancos extranjeros al país. No hay impedimento legal para esa llegada; pero factores políticos y económicos lo han evitado en los últimos 14 años.
En primer lugar, Ecuador ha tenido un marco tributario inestable, donde, en varias ocasiones, las instituciones financieras se han visto afectadas con impuestos dirigidos. Esos impuestos han sido un mecanismo de financiamiento de Gobierno Central y los malos manejos en el gasto público.
En segundo lugar, el alto riesgo país aumenta el costo de financiamiento exterior al que puede acceder cualquier banco, tanto nacional como extranjero.
Ese índice ha bajado de más de 1.000 puntos a un poco más de 700 puntos desde la elección de Lasso; pero todavía debería reducirse más para que haya un impacto real en las tasas de interés locales.
Crecimiento Económico
Olmedo recalcó que ninguna medida tendrá el impacto deseado si no se mejoran los ingresos de empresas y trabajadores porque mientras más se ahorra, se presiona para que bajen las tasas de interés. “Esto último es un problema estructural y largo plazo”, reconoció.
En otras palabras, el país necesita que su economía crezca a tasas de más del 3% por al menos 5 años consecutivos para que se creen las condiciones de más liquidez y demanda de crédito en el mercado.
Mientras eso no se cumpla, a corto plazo, según Mosquera, una opción sería que se busquen líneas de financiamiento en el exterior que cuenten con garantía soberana del país o de organismos multilaterales. También se podrían levantar recursos a través de la emisión de bonos o préstamos directos a tasas muy bajas. (JS)
DATO. – El crédito productivo promedia el 10% de interés; pero en el caso de las Pequeñas y medianas empresa (Pymes), el costo sube hasta el 12%. Los niveles más altos se encuentran el microcrédito, donde la tasa es de, al menos, 25%.