De una adecuada estrategia de comunicación dependerá la gobernabilidad, o de que disminuya o aumente el capital político.
El presidente de la República, Guillermo Lasso, al finalizar el primer año de su gobierno aceptó fallas en su política de comunicación. Lo dijo en el contexto de su Informe a la Nación que presentó en la Asamblea Nacional, el 24 de Mayo de 2022. “Tengo que reconocer que existió una falla en la comunicación de los logros que son más de los que la población conocía”, planteó en esa ocasión el Jefe de Estado, y anticipó que se encargará “personalmente” de mejorar esta política.
Rodrigo Jordán, consultor en comunicación gubernamental, destaca que el mandatario haya reconocido que en el primer año de gestión no se hizo evidente una estrategia de comunicación. Asegura que en los primeros doce meses se informó de los logros a una minoría y no al gran porcentaje de la población que le dio el triunfo electoral.
Jordán, también profesor de comunicación en la Universidad Andina Simón Bolívar, señala que, en la actual coyuntura, lo más indicado es que los gobiernos puedan generar una política que se ajuste a sociedades hiper-comunicadas y digitalizadas. “Hoy en sociedades hiper-comunicadas, donde la gente está expuesta a mucha información, los gobiernos ya no pueden decir: hice obras, pero no las comuniqué”, dice.
Este especialista señala que la comunicación y la gestión son “dos caras de una misma moneda”. Pero el Presidente, indica, al parecer tendría una concepción de que la comunicación no es importante y, por tanto, no le dio la trascendencia que debía tanto en recursos económicos como humanos.
¿Esto podría traer consecuencias? Jordán considera que sí, y explica que la población califica la gestión del Gobierno con base en percepciones, o votan por un candidato que hace sentir que está trabajando por solucionar sus problemas de seguridad ciudadana, de generación de empleo, lucha contra la pobreza, etc.
En ese sentido, subraya que el Gobierno debería dejar de lado las discusiones o los problemas que tiene con la Asamblea, o temas de «muertes cruzadas». “En el día a día de la gente, estos temas, definitivamente no le sirven”, menciona.
Agrega que la estrategia de comunicación de un régimen exitoso es aquella que le hace sentir a la gente que es útil para mejorar su calidad de vida.
Puso de ejemplo que el Ministerio de Vivienda podría hablar de cómo aporta este sector a la seguridad, a la lucha contra la pobreza y el bienestar de los habitantes; o el Ministerio de Economía decir qué hace para mejorar la calidad de vida de los habitantes “y no enfrascarse en temas macroeconómicos”.
Para Jordán esta no es una comunicación útil, emocional, que es lo que la gente busca de un gobernante.
Voceros proactivos
Mariana Neira, exeditora de la Revista Vistazo, comparte la visión de Jordán, pero añade que en la práctica debe hacer cambios para los próximos tres años.
Por ejemplo, advierte que la comunicación en la Presidencia de la República está “muy centralizada” y no se usa de manera adecuada otros órganos de comunicación, incluso, que pueden ser ocupados por los ministerios para que sus representantes sean voceros proactivos.
“En muchos casos se ha evidenciado que hay ministros poco activos; el Presidente necesita de una red de voceros que se pronuncien sobre las preocupaciones diarias de la población y trabajen para solucionarlo”, indica.
Un ejemplo de una vocería proactiva, según Neira, es la del Ministerio de Salud que está a cargo de Ximena Garzón. “En el tema de la vacunación, si no fuera por la ministra no conoceríamos, por ejemplo, fechas u horarios de vacunación, etc.”.
Los medios públicos también se deberían utilizar para dinamizar y ampliar la información. “Lo que queremos es que nos informen sobre el estado de las carreteras, cómo está la atención en los hospitales, qué vías o avenidas tienen congestión vehicular, etc. Si no fuera por los medios privados, no nos enteraríamos lo que está pasando”, asegura. (SC)
‘Generar encuentros, promover diálogos’
Para Paulina Mogrovejo, exvocal del desaparecido Consejo de Regulación de la Comunicación, el régimen debe abanderar un proceso de cercanía con la ciudadanía. “Pero desafortunadamente lo que se ha visto, inclusive en los últimos cuatro años, es una línea de comunicación de no transmitir toda la información y de responsabilizar a las pasadas administraciones por las situaciones de crisis”, expresa.
Esto genera desconfianza en la ciudadanía, desconexión con la administración por la falta de empatía e interés hacia los problemas que le interesa a la ciudadanía.
Cree que, en estos próximos tres años, el Gobierno debe generar encuentros, promover diálogos. Mogrovejo sugiere, incluso, que se debería retomar la estrategia “exitosa” que se utilizó al inicio, cuando se lanzó la campaña de vacunación, donde se manejó una línea de disponibilidad no solo de llegada de vacunas, sino de información sobre a dónde acudir. “La comunicación en este caso fue muy efectiva y exitosa”, destacó
Mariana Neira dice que se debe crear una red de voceros que se pronuncien sobre las preocupaciones diarias de la población.
$550 millones adicionales destinará el Gobierno para la atención de emergencias, mantenimiento, reconstrucción y construcción de vías.