El ajuste, dentro del nuevo acuerdo con Ecuador, se enfoca en los ingresos más que en los gastos. No se exigen despidos ni cierre de instituciones. Entérese de la nueva receta del FMI.
Ya quedaron en el pasado las recetas ortodoxas del Fondo Monetario Internacional (FMI), donde a la fuerza se imponía un paquete de medidas estándar a todos los países, sin importar sus particularidades y su realidad.
Ahora, el organismo establece programas de financiamiento, con compromisos de cumplimiento, pero que, en casos como el de Ecuador, se aleja de la “receta tradicional” de un recorte duro del tamaño del Estado y del gasto público.
En otras épocas, según recordó el exministro de Economía, Fausto Ortiz, el FMI pedía cosas como un ajuste a rajatabla equivalente, por ejemplo, al 5% del Producto Interno Bruto (PIB) enfocado solo en el gasto. Esto incluía despidos, cierres de entidades y otras medidas de ‘shock’ en el sector público.
Sin embargo, el nuevo acuerdo de financiamiento, firmado por el Gobierno de Daniel Noboa, si bien establece un ajuste equivalente al 5,5% del PIB entre 2024 y 2028, el esfuerzo esta vez se enfoca más en los ingresos más que en los gastos.
Más impuestos y menos subsidios para salir de la crisis fiscal en Ecuador
Por el lado de los ingresos, el Gobierno se ha comprometido a un ajuste, es decir a un incremento, equivalente al 3,7% del PIB. Esto representa más del 67% de todo el esfuerzo fiscal (5,5%) que se debe hacer hasta 2028.
Una buena parte de esa meta ya está encaminada por la aprobación y vigencia de la subida del IVA del 12% al 15%. Ese mayor IVA, junto con el aumento del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) y los impuestos temporales, aportarán con ingresos adicionales de $2.318 millones o 1,9% del PIB este 2024.
Cuando se dejen de recaudar los impuestos temporales, sin embargo, se perderán ingresos por $854 millones. Por eso, entre los compromisos con el FMI está una nueva reforma tributaria, que deberá presentarse hasta noviembre de 2024, para reemplazar esos recursos con fuentes permanentes a través de dos vías: reducción o eliminación de exenciones, exoneraciones o devoluciones de impuestos (gasto tributario) y mecanismos efectivos para aumentar la base de contribuyentes.
Por el lado petrolero, el Gobierno se ha comprometido a aumentar los ingresos por un equivalente al 1,7% del PIB. Esto se debe lograr por dos vías. Por un lado, reduciendo progresivamente el subsidio a los combustibles, desde un monto presupuestado de más de $3.200 millones al año en 2024 a menos de $1.000 millones en 2027. Esto involucra liberalización de precios de extra y eco país, junto a compensaciones a grupos vulnerables en 2024; y desmonte paulatino del subsidio del diésel a partir de 2025.
Por otro lado, también se debe hacer un esfuerzo para aumentar la producción petrolera y generar más ingresos al fisco.
Nueva receta del FMI: Controlar el gasto corriente, pero invertir más en obra
En el tema del gasto, el FMI no pide grandes recortes. El exministro Ortiz ha explicado que el multilateral pide que no haya un incremento extraordinario en salarios y en compras de bienes y servicios. Simplemente que vayan creciendo, como máximo, al mismo ritmo de la inflación
Es decir, si la inflación crece al 3% en 2024, entonces los salarios no deberán incrementarse más de ese porcentaje en el sector público.
Las nuevas contrataciones deberán ser solo las mínimas necesarias y depurar puestos innecesarios. Hace dos semanas, la ministra de Trabajo, Ivonne Núñez, afirmó que, durante seis meses del Gobierno, se ha desvinculado a 424 funcionarios (duplicación funciones e ineficiencias); pero que se prepara un proceso para que ingresen 300 que sí se necesitan.
En el caso de las compras públicas, se apunta a que se establezcan sistemas centralizados que reduzcan la discrecionalidad de cada institución; además de la creación de un subsistema de control, con participación de todas las entidades de control del Estado para reducir las ineficiencias y la corrupción.
El objetivo final es, de acuerdo con el FMI, mantener bajo control los gastos corrientes; pero tratar de crear espacio para poner más recursos en obra pública.
“El objetivo es crear las condiciones para que la economía crezca más que la inflación y así conseguir que el peso de los salarios y otros gastos corrientes caigan en términos del PIB (su peso en la economía). Ecuador ya debe parar el ajuste y enfocarse mucho más en el crecimiento”, acotó Carlos Rodríguez, economista.
Así, el ajuste en el gasto mediante estas estrategias sería el equivalente al 1,8% del PIB hasta 2024.
Al final, con una combinación de más ingresos y gastos contenidos, se espera que la economía ecuatoriana retome la senda del crecimiento a mediano plazo y las finanzas públicas mejoren como resultado de que se produce, se vende y se consume más.
La meta del acuerdo de financiamiento entre Ecuador y el FMI es llegar a un superávit fiscal, es decir más ingresos que gastos en el Estado, del 0,6% del PIB en 2028.
Aunque no son compromisos explícitos, a la par de los esfuerzos citados, Ecuador debería avanzar en la reforma laboral y de la seguridad social para sanear su economía. (JS)
La política podría jugar en contra de las metas del acuerdo con el FMI
En su mejor momento, el riesgo país llegó a un nivel de 1.111 puntos, de la mano de la conformación del acuerdo con el FMI, la vigencia del IVA al 15% y la victoria en la mayoría de las preguntas de la consulta popular.
Sin embargo, durante las últimas semanas, y a pesar de haber recibido el primer desembolso del FMI por $1.000 millones, el riesgo país ha vuelto escalar hasta llegar a los 1.350 puntos.
Esto se debe a las desatinadas declaraciones de la vicepresidenta Verónica Abad sobre que bajaría el IVA y revisaría el acuerdo con el FMI si llega a asumir la Presidencia. Además, el precio del petróleo ha bajado y la producción petrolera sigue sin repuntar.
Además, el peligro de movilizaciones si se aplica la reducción del subsidio a los combustibles pone en tensión a los organismos internacionales.
El riesgo es que la política, y sus presiones, incluyendo también los afanes de reelección de Daniel Noboa, puedan dejar a medias el programa con el FMI.