Acuerdo con México genera dudas sobre beneficios para el país

La industria ecuatoriana pide plan de competitividad y plazos largos para la apertura

El Gobierno ecuatoriano está en la línea de aceptar una apertura inmediata para productos industriales; y dejar fuera a nuestras mayores exportaciones como camarón y banano.

El Gobierno ha repetido en varias ocasiones, en menos de un mes en el poder, que el acuerdo comercial con México se firmará hasta diciembre 2021. Sin embargo, sectores industriales y productivos cuestionan que se pretenda cerrar ese acuerdo “a cualquier precio”.

David Molina, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Automotriz (Cinae), explicó que primero se debe tener claro los problemas estructurales de competitividad; y además considerar las grandes asimetrías.

“Lo que la industria ecuatoriana produce en un año, en México se produce en un día. Una apertura que no considere estas sensibilidades, en el mediano plazo provocará problemas de empleo y producción”, dijo.

En este sentido, el pedido al ministro de Producción, Julio José Prado, es que en la negociación se establezcan plazos largos de desgravación para industrias sensibles, y no se acepte una apertura inmediata.

Por ejemplo, en el caso del acuerdo con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), se logró que los aranceles se desmoten en 15 a 17 años para sectores como automotriz, metales, cerámica, entre otros.

“Ahora no vemos claridad. No vemos que el Gobierno de Ecuador tenga esa sensibilidad. En las reuniones que hemos tenido con el equipo negociador nos han hecho conocer la inviabilidad de presentar ciertas propuestas de los sectores industriales porque consideran que no serán aceptadas por la parte mexicana”, acotó Molina.

Acuerdo sin productos estrella

No solo que el Gobierno está en la línea de permitir una apertura industrial inmediata y sin ningún plan específico para ayudar a la producción nacional; sino que también acordaría dejar por fuera del acuerdo a las exportaciones ecuatorianas con más potencial y ventaja competitiva.

Oswaldo Landázuri, ingeniero comercial, máster en administración de empresas y asesor empresarial, recalcó que las autoridades deben transparentar en qué condiciones se están negociando y las ventajas y desventajas reales para el país.

“Los ecuatorianos deben conocer qué significa que los mexicanos pidan que no se incluya nuestros productos estrella como camarón, banano y otros productos de pesca”, acotó.

Actualmente, de los $100 millones que exportamos a México, el 80% ya entran sin pagar impuestos ni aranceles. En el 20% restante, ya hay ciertas reducciones dentro del marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi).

Rocío Rodríguez, economista e investigadora en comercio exterior, puntualizó que en la mayoría de la oferta exportable tenemos poco margen de crecimiento; menos en los productos que se pretende dejar fuera.

“Se pide sensatez al Gobierno. Que no anuncie la firma de un acuerdo sin antes negociarlo bien. No puede ser al costo que sea porque eso significa miles de empleos que están en riesgo a cambio de nada. No tiene sentido pasar de un dogma a otro: de cerrarse a la apertura indiscriminada” acotó.

Diario La hora consultó al ministerio de Producción bajo qué criterios se aceptará las condiciones que pretende México, pero no hubo ninguna respuesta. (JS)

Se necesita ruta clara hacia la competitividad

David Molina, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Automotriz (Cinae), recalcó que no se está pidiendo que se tengan todos los problemas solucionados antes de firmar el acuerdo con México.

Sin embargo, se necesita una hoja de ruta clara, con plazos y medidas específicas, para implementar una agenda de competitividad. “La agenda de competitividad y la agenda comercial tienen que ir de la mano”, dijo.

El ministro de Producción, Julio José Prado, ha hablado de una visión estratégica, pero todavía no hay nada aterrizado.

Una apertura indiscriminada, sin metas claras, podría poner en riesgo más de 200.000 empleos directos en la industria.

Desde la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria de Pichincha (Capeipi), por ejemplo, se cuestiona que hayan alrededor de 55 instituciones públicas que regulan a la producción, lo que provoca que los empresarios estén más preocupados de la burocracia.

Además, las maquinarias el país tienen un promedio 30 años y no se ha impulsado el uso de nuevas tecnologías.

Lo único concreto, desde el Gobierno, es que se ha ofrecido un plan de reducción de aranceles en 30 días.

Nueves mesas de negociación están cerradas

Desde enero 2020, los negociadores de Ecuador y México han podido llegar a acuerdos en las mesas de género y comercio, pymes, asuntos institucionales, obstáculos técnicos, facilitación de comercio, compras públicas, servicios marítimos, buenas prácticas regulatorias y excepciones generales.

Por otro lado, todavía están abiertos los temas más importantes de acceso a mercados (qué productos entran y cómo se levantan los aranceles), inversiones, propiedad intelectual y defensa comercial.

Desde la Cámara de Comercio Ecuador-México se ha reconocido que una apertura inmediata afectaría gravemente a industrias ecuatorianas como la metalmecánica, cerámica, línea blanca, vehículos, entre otras.

Además, los mexicanos ven como una amenaza real a los productos agrícolas y pesqueros ecuatorianos. Hasta la fecha se han realizado 30 reuniones con los sectores productivos locales para buscar alternativas.

Las inversiones mexicanas se vieron frenadas por la salida de Ecuador del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi).

DATO. – En 2020, Ecuador exportó $90,9 millones e importó $818.58 en su relación con México. La balanza comercial es negativa en $727,68 millones