Vilezas

Rodrigo Santillán Peralbo

Las fotografías que enseñaban los cadáveres del periodista Javier Ortega, del fotorreportero Paúl Rivas y del conductor Efraín Segarra conmocionó a todo el pueblo que demostró solidaridad, dolor, desconsuelo, y repudio total al narcoterrorismo que comienza a asolar a este país que se ufanaba de ser “una isla de paz”. Secuestro y crimen son vilezas imperdonables.

Ahora se buscan explicaciones y respuestas a estos hechos colmados de infamia: coche- bomba en San Lorenzo, explosivos en Mataje-Borbón con asesinato de cuatro marinos, bombazo en una torre de transmisión de energía eléctrica en Viche y detestable violencia que terminan por colmar de incertidumbre y del inicio de comenzar a vivir con miedo.

Existe la sensación de desamparo especialmente en Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos, víctimas del narcoterrorismo que se ha desatado en la frontera colombo-ecuatoriana. Se buscan culpables, se habla de permisividad, de debilitamiento de las Fuerzas Armadas durante la década del correato,y se acusa al actual gobierno de ineptitud e ineficacia en las negociaciones, por no poder resolver el complejo problema del secuestro. ¿Es justo? ¿Se impulsará la guerra contra el narcoterrorismo?

Otros, con impudor, claman por una base militar estadounidense, como si la presencia de tropas yanquis en nuestro territorio fuera a resolver los problemas de inseguridad. ¿Acaso no ven la triste realidad de Colombia tomada por Estados Unidos que tiene siete bases militares y todas las que necesite a más de un millar de tropas? ¿Y los planes Colombia y Patriota?

El imperio perdió “la guerra contra el narcotráfico” y Colombia perdió la soberanía. ¿Eso quieren los cipayos? EE. UU. no desea bases militares, sino el control de las Fuerzas Armadas, policiales y de la economía con el FMI y BM.

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