Venezuela, trabajo conjunto

El chavismo perdió la mayoría en la Asamblea Legistlativa de Venezuela, luego de largos años en los que la dominó completamente. Las elecciones dejan ver un panorama diferente en cuanto a su composición. Le viene una tarea compleja a los nuevos legisladores, en que más que proyectos personales debe primar la necesidad de actuar en conjunto, con una estrategia y una visión que privilegien la salida a la más severa crisis que ha vivido su pueblo.

También deben estructurar una política de reconstrucción nacional, atendiendo las necesidades sociales y pensar en el futuro de esta Venezuela herida, que tiene un Poder Ejecutivo imbuido de mesianismo, de autoritarismo y despilfarro de recursos, indispensables para un pueblo que siente las carencias más elementales.


Una Venezuela escindida no es un panorama alentador, como no lo es tampoco el dominio absoluto de una ideología liderada por quien se siente el representante directo de Chávez, quien dejó una herencia negativa no solo en su país sino en el resto del continente.


El chavismo ha producido división, dispendio de recursos, alineamiento con sectores internacionales no democráticos, denuncias de una corrupción rampante, situaciones que afectan al desarrollo de un país que, además, enfrenta la bajada de los precios de su principal producto de exportación, el petróleo.


De las dificultades que triunfadores deberán asumir, la clave está en la actuación conjunta, para que no se produzca un desgaste antes de las elecciones presidenciales, cuando se requerirá aún más la unidad ante el gobierno de Maduro. No debe quedar solo en palabras, sino en planes que prioricen una agenda político-social, una estrategia de recuperación del país y contra la corrupción predicando con el ejemplo.


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