La Corte Constitucional (CC) es una de las pocas instituciones que, desde el abandono de la banda correísta, ha logrado recuperar su prestigio. Sus fallos son referentes entre estudiosos y tratadistas. Esto, sin embargo, no excluye constatar que olvidan el país que somos y una división en su interior.
En acertada corrección al desconocimiento legal y doctrinario de quien continúa dirigiendo la asesoría jurídica del Ejecutivo, obvio símbolo del continuismo, la Corte rechazó la reforma que pretendía el cobro de impuestos anticipados.
Ahora, nace una nueva polémica sobre las facultades del Consejo de la Judicatura. Por más de una década de nefastos antecedentes a pretexto del ‘error inexcusable’ que blindaba la corrupción, comisarios censores destituían a los desobedientes, y la trampa y la viveza reinaban. Y la ‘nueva’ Judicatura, influenciada por su nutrida burocracia, pretendió ejercer el peso del pasado.
El fallo de la CC exige que el ‘error inexcusable’ se sustente en un pronunciamiento judicial previo, aunque no evita que los jueces se evalúen entre ellos y que los hechos de corrupción no puedan ser radicalmente juzgados y castigados con celeridad. Sin embargo, otorgar a los reclamos el carácter retroactivo es un grave error, que debería ser enmendado.
Ejercer justicia y, más aún, justicia constitucional, no pude concebirse en un altar teórico digna de excelentes tratadistas, sino en la humanidad de los conflictos cotidianos. jueces humanos y esto parecen olvidar y se refleja en los fallos de minoría. Enmendar, en aras de la justicia y la paz, siempre es posible.
Hay una verdad universal: la violencia contra la mujer nunca es aceptable, excusable ni debe tolerarse.
Ban Ki-moon (1944- ) Diplomático y secretario de la ONU; Corea del Sur
Valiente es quien supera no solo a sus enemigos, sino a sus propios placeres.”
Demócrito (460-370 a.C.) Filósofo, polímata y matemático; Antigua Grecia