Iván Paredes
Comprender valores culturales de grupos sociales, sin lugar a dudas es demasiado complejo de entender y sobre todo de aceptar, más cuando, el raciocinio contemporáneo no puede percibir en su lógica, pero debemos entender el alcance de ciertas manifestaciones culturales que transgreden plenos derechos humanos.
La mutilación de órganos genitales femeninos que aún se realizan causa incomprensión, pero que es una realidad que deben atravesar mujeres de ciertos sectores, tanto por su valor cultural, como por su valor religioso; por ello, se ha declarado el 6 de febrero como el Día Internacional de la Tolerancia Cero contra la mutilación genital femenina que se mantiene en alrededor de 30 países del mundo, que deben soportar niñas y adolescentes de manera inhumana y antihigiénica, sin medir futuras consecuencias físicas y psicológicas, con el objetivo de ser aceptadas en su círculo social, rito que muchas veces les deja infértiles o con graves lesiones en otros órganos genitales. Mujeres que han tenido que soportar se han propuesto terminar con esta costumbre cultural, especialmente en los países Sud Africanos como Gambia donde, para continuar con sus tradiciones en la actualidad proceden a mutilar los órganos femeninos cuando apenas son bebés de esta manera aseguran mantener esta práctica, muchas veces con aprobación de la madre que también en su momento fue mutilada, y así ser igual a sus pares ancestrales. Al estar arraigada esta costumbre se ha convertido en un problema muy difícil de erradicar, más cuando, cerca de doscientos millones de mujeres deben soportar sin la mínima atención médica y salubre, ya que aún se mantiene su realización como en los inicios, esperando que en el año 2030 se pueda eliminar definitivamente; es por ello, que se ha propuesto terminar con esta vieja práctica por humanidad y, por ser una afectación a derechos humanos femeninos.