Sombría desesperación

Pablo Balarezo

Este vocablo percibe circunstancias referentes a comportamientos humanos desalmados ocasionando a su mismo género, daños masivos en política, economía, intelectualidad, salud, educación; destrucción del ambiente, y, biodiversidad, y más, mucho más, si va tornándose irreversible si el perjuicio ocasionado está más allá de la suficiencia natural y humana para restablecer su belleza original. Insólito pensar, que un circo evitará el embarazo prematuro, la desnutrición infantil, consumo de drogas, creará empleo y mejor calidad de vida. Nada más perverso junto a otro circo vagando cada año, al ritmo de su soberbia contra niños, jóvenes, adultos, ancianos y desmemoriados. Únicamente se puede decir: ¡Qué despilfarro! Abominable despilfarro, que no permite hacer pruebas de diagnóstico para el coronavirus, porque, no hay insumos, razón poderosa, la austeridad. “Así no más, por donde quiera se roba, por donde quiera se le perjudica al pueblo, por donde quiera se nos ve la cara.” Julia Mayorga. Descalificar a quienes discrepan con la corrupción es pan de cada día, campaña sucia desfigurando la realidad, el único objetivo, con odio destruir al otro, al franquear los límites morales, éticos, de dignidad, decoro, honor. “Una denuncia ciudadana dice que el gobierno pide la colocación del nombre del presidente en el centro de la nueva cancha sintética del Colegio Mejia, y, alrededor de la misma. La petición fue rechazada por los profesores y alumnos del colegio. La respuesta obtenida, fue que, les van a quitar la cancha y volverán a la anterior”. La calle. Coherencia, reflexión, eficiencia fertilizadora de la esencia de la honorabilidad está definitivamente, y, estructuralmente vulnerada ante una audiencia manipulada, pagada para disentir y aplaudir a sus corifeos.