Marlon Tandazo Palacio
Hay llamadas que simplemente evita contestar, personas a las que esquiva encontrar y reuniones para las que siempre estará ocupad@. ¿Cree que esto le ocurre sólo a usted?
En la escuela aprendimos que la comunicación era: “la transmisión de mensajes desde un emisor hasta un receptor por medio de un canal”. Si bien crecimos convencidos de estas afirmaciones, lamento decirle que están incompletas. Porque nos comunicamos también cuando evitamos contestar el celular. ¿Cómo es esto posible? Haga la prueba; deje sonar su celular sin responder, ni devolver las llamadas a su mamá, jefe, espos@, novi@, cliente, soci@ y vea qué pasa.
¿La tecnología tiene la culpa?, en realidad no. Recuerde lo que ha ocurrido en la calle cuando, –sin intención- dejó de saludar a su vecin@, amig@, pariente, compañer@. Si usted mantenía una relación cordial con esa persona, lo más probable es que ella misma –al percatarse de su despiste-, le sorprenda con un: ¡hola despistad@!; pero si su relación con ella, gozaba de poca salud, entonces la respuesta probable sea un resentimiento.
¿Por qué nos pasa esto? la naturaleza es compleja. La conformamos seres vivos con distintas formas de supervivencia y el ser humano, es parte de esa naturaleza. Cada quien tiene sus emociones, preocupaciones, intereses, gustos y disgustos; esto es legítimo, pero si usted desea mantener un clima saludable de relaciones, lo primordial es que envíe “señales” que reflejen esa intención. Devuelva las llamadas, responda a mails, ponga direccionales, sonría al saludar, exhiba un mensaje si va a abrir más tarde. Aplique comunicación básica, para luego aplicar la estratégica que abordaremos en una siguiente entrega. (O)
@marlontandazop