Eduardo Chiriboga Aponte
De la miope y corrupta administración del régimen anterior, de la que tiene que haber tenido conocimiento Moreno, no lo excusa para no remediar lo que se hizo mal, sentar las bases para el desarrollo horizontal (de todos los sectores) y que haya una luz al final del túnel. Con Correa nos alejamos absurdamente de nuestros socios estratégicos, nos obnubilaron con obras faraónicas con sobre precios, nos dividieron como país, armaron una estructura delincuencial piramidal, cooptaron todas las funciones y órganos de control, en fin, se permitió a un personaje maquiavélico con intensiones perversas, crear la situación que hoy padecemos.
Su sucesor ha dado un vuelco en lo económico en teoría, pues íbamos rumbo hacia el caos; con su cara de bonachón, ha dialogado, pero sin resultados palpables. Los latrocinios perpetrados por sus ex coidearios y amigos, aun no reciben castigo ejemplizador. Decenas de pruebas hay contra el ex Mandatario, y la Fiscal General sigue en amagues, mientras el capo sigue burlándose de todo lo que difiera con su óptica, pues la justicia y el nuevo CPCCS les son aún sumisos. Es decir, aparentemente nuevo rumbo, pero nada cambia.
Por un lado, las reformas económicas implementadas aun no surten ni surtirán sus efectos, y los grupos hegemónicos siguen llevándose todo el pastel, pues la estructura interna de las cadenas productivas sigue intocada; y por otro, nos distraen, poniendo temas polémicos (diezmos, GLBTI, Túarez, minería…) que entretengan a las masas, mientras le “echan tierra” al tratamiento de temas de fondo. Preocupante por donde se lo mire.
El panorama electoral para el 2021 parece una continuidad de lo que vemos, es decir, sin cambios contundentes que favorezcan al pequeño empresario; sin políticas de Estado para el sector agropecuario, hoy amenazado; sin reglas confiables para que la inversión privada genere empleo, y dejando que las mafias criollas manden, como siempre. ¿Será que el pueblo se percata de la situación?