Señor Presidente

Pablo Izquierdo

El surgimiento de nuevas demandas pondrá a prueba nuestro fragmentado sistema de salud. La población del Ecuador está cambiando su perfil epidemiológico. Las enfermedades crónicas asociadas a la vejez y a los hábitos de vida poco saludables están ganando terreno como causas de enfermedad y muerte. Este sistema difícilmente podrá responder a los nuevos desafíos.

En salud perdimos 10 años y millones de dólares. No podemos demorar más el debate sobre el modelo de salud al que aspiramos. Los ministros del ramo fueron “políticamente correctos” y expresaron nada al decir: “articulación, redes integradas, cruce de cuentas, fortalecimiento de atención primaria, acceso, calidez y calidad”; mientras miraron sin ver inequidad y muerte de una salud pública degradada en humillantes esperas de tres meses por un turno, 15 minutos por consulta, guardias colapsadas y paracetamol para todos.

Exíjales a los jóvenes tecnócratas inexpertos de Salud que si quieren copiar, copien bien los modelos consensuados de Brasil, Costa Rica, Chile y Uruguay, no el fracaso de los ‘Médicos del Barrio’ de Cuba o ‘Barrio Adentro’ de Venezuela y Bolivia.

Ecuador tiene las condiciones para recorrer un camino similar al de Costa Rica que desarrolló un sistema de salud integrando al Ministerio de Salud y al Seguro Social. Bajo un modelo de atención primaria, el ministerio se encarga de la atención preventiva y el Seguro de la complejidad, eso garantiza un acceso a la salud equitativo y de calidad.

Somos un país en crecimiento, de tradición sanitarista con Tanca Marengo, Izquieta Pérez, Plutarco Naranjo, Edmundo Granda, Rodrigo Fierro, Jaime Breilh y otros. Si seguimos haciendo lo mismo, con el mismo equipo, obtendremos siempre los mismos resultados.

Aunque el camino no está exento de conflictos, es tiempo de que la salud se convierta en una política de Estado que trascienda a los gobiernos de turno. Usted tiene la oportunidad de sentar las bases de un nuevo sistema de salud que ponga el foco en el futuro y no en el pasado, para ello es clave su compromiso como Presidente de la República, con una verdadera agenda sanitaria.

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