A lo largo de la historia la mujer ha luchado por ganarse un puesto en una sociedad machista. La batalla empezó con pérdidas por el trato inequitativo al género femenino que se fue naturalizando por la resignación de las mujeres por acoplarse a una sociedad patriarcal. Sin importar las limitaciones que nos han dejado, ahora nuestra voz es más fuerte, estamos conscientes de nuestras capacidades, dejamos de escondernos, evitamos las apariencias y tomamos la rienda de nuestra libertad, para estar al frente en un campo de batalla minado con obstáculos sociales muy arraigados. El camino al triunfo es largo, pero las mujeres tenemos las mejores armas para sobrevivir, con un escudo de fortaleza, a una sociedad hostil basada en estereotipos y ‘cucos’ del pasado. Para llegar a la meta debemos unirnos, para recordarnos mutuamente lo valiosas e importantes que somos en una sociedad cambiante.
Diana Asimbaya
[email protected]