Romper patrones

Estudios científicos confirman que los patrones de violencia doméstica y de género se transmiten de generación en generación, ya que el daño psicológico causado en la etapa de la niñez y adolescencia por la exposición a ambientes violentos es difícil de subsanar, aunque no imposible.

Con escepticismo se reportó que las denuncias y casos de violencia doméstica, sexual y de género habían disminuido durante los meses de confinamiento, desde marzo de este año. Sin embargo, poco a poco incluso las autoridades de control se dieron cuenta de que, en realidad, no es que los casos de violencia fueron menos frecuentes, sino que el encierro confinó a las víctimas con sus victimarios, y la posibilidad de denuncia, refugio y escape se redujo enormemente.

La normativa vigente es amplia. Existe una Ley para prevenir y erradicar la violencia contra mujeres, reglamentos para la atención de víctimas y prevenir la vulneración de derechos de mujeres’, unidades judiciales cantonales, normas técnicas de atención integral, políticas para erradicar la violencia intrafamiliar, instructivos ministeriales, manuales de acogimiento, además de jueces y fiscales especializados, todo lo cual debería articularse dentro del ‘Plan por la erradicación de la violencia contra la mujer’.

Pero las cifras no mienten y conforme vuelve la actividad a las calles, también lo hacen las denuncias de femicidios y episodios de brutal violencia contra distintos miembros de la familia.

Aún hay mucho por hacer para evitar que los niños y jóvenes de hoy lleguen a la edad adulta solo para replicar los patrones que marcaron su crianza y que hacen de la nuestra, una sociedad tan violenta.

La sociedad tiene tres armas contra el individuo: la ley, la opinión pública y la conciencia.”

William Somerset Maugham (1874-1965) Escritor británico.

Si no te asustan tus sueños, entonces no son lo suficientemente grandes.”

Ellen Johnson Sirleaf (1938- ) Primera jefa de estado del África; Liberia.