Regeneración Urbana

Nuestra ciudad es cabeza de región y por lo mismo aquí se resuelve la problemática de varios centros poblados que necesitan acceder al conjunto de bienes y servicios que demanda la vida ordinaria. A más de la población propia, acá acuden miles de compatriotas a intercambiar sus productos y abastecerse de otros, lo que nos representa un problema, pero también nos brinda oportunidades de trabajo, especialmente en actividades de comercio.


Nuestra poca capacidad para generar empleos determina que el comercio informal sea la alternativa para miles de compatriotas, que en nuestro caso han marcado la imagen de la ciudad. El ícono de esa imagen es la calle peatonal que queremos eliminar, creyendo que así se resolvería el problema de la informalidad. Lamentablemente esa medida solo resuelve el problema del ordenamiento urbano.


Hasta ahora solo se conoce propuestas que plantean el traslado de los comerciantes a otros sectores, sin considerar la alternativa de que se ubiquen en el mismo casco central, lo que implicaría una regeneración urbana ambiciosa, que incluya todo el casco comercial, desde las cinco esquinas hasta la Y del Colorado; desde la Galápagos hasta el mercado Municipal. Si pensamos en que el Terminal interparroquial debería ser reubicado, se podría asentar en dicho espacio a una buena parte de los comerciantes.

Un rediseño del Mercado Unión y Progreso permitiría albergar a otra parte; en la Quito, frente al Augusto Egas y en el Pupusá hay terrenos idóneos para el efecto. Esta medida puede consolidar el centro como área especializada en el comercio, pero no deja de lado la necesidad de descentralizar la ciudad, como propone el PDOT. Construir el mercado mayorista, rediseñar el sistema vial, modernizar el transporte y construir espacios para la recreación, complementan la necesaria regeneración urbana que nos proyecte como ciudad del futuro.


[email protected]