VERÓNICA NARVÁEZ TERÁN
Nuestras jornadas de trabajo no miran si hay sol o lluvia y nosotros continuamos siempre expuestos a un resfrío o a quemarnos la piel. Así nos pasa cada vez con más frecuencia, como nos sucedió hace unas semanas, extrañamente en una corta exposición a un intenso sol, y peor aún justamente al mediodía, le dio más que un bronceado en sus brazos a dos amigas a punto que tocarles les dolía.
El cambio climático ahora presenta una consecuencia más en nuestro territorio y es que el índice ultravioleta que reporta a diario El Inamhi para el país mantiene un promedio de alto y extremadamente alto para Santo Domingo de los Tsáchilas, pero ¿qué significa eso? Significa que la capa de ozono nos provee una mínima protección de la radiación del sol, afectando ante su prolongada exposición nuestra piel y ojos. Existe evidencia científica que relaciona la exposición a la radiación con el riesgo de contraer cáncer a la piel, daños oculares y si eso no le preocupa también puede causar envejecimiento prematuro ya que puede provocar daño a la producción de colágeno en la piel.
Debemos saber que la radiación está presente aún en días nublados, se pronostica basándose en información satelital, y es importante evitar la exposición prolongada especialmente de 10H00 a 16H00, buscar sombra (he ahí otro beneficio de los árboles), usar gorra, bloqueador y prendas de vestir de manga larga son protecciones que se pueden considerar si inevitablemente debe estar expuesto al sol. Proteja especialmente a los niños.
Es momento que en Santo Domingo tomemos énfasis en la prevención de la radiación como ya sucede en otras ciudades del país, la difusión es tarea de todos