Periodista

Eduardo Naranjo Cruz

Uno de los apasionantes oficios del siglo XX fue ser periodista, tenía la vigorosa función de buscar la verdad de los hechos, publicarlos y contraponer ésta a los abusos y triquiñuelas del poder, sin embargo, mucho cambió con la aparición en las redes sociales atestadas de chismosos ignorantes o mal intencionados informantes, creando una visión confusa del mundo, sin embargo, los grandes medios que sobreviven, para no desaparecer, buscan mejorar sus propuestas de comunicación en fondo y forma.

La comunicación es el derecho de toda persona a ser informada y opinar libremente, pero para alcanzar la verdad las audiencias deben desarrollar su pensamiento “crítico” que les permita obtener conclusiones precisas, por esto es fundamental el aporte veraz y claro del periodista que, evitando ardides de gobiernos o intereses corporativos, difunda la noticia con el apoyo de los medios.

El periodismo del siglo XXI comienza a diluirse puesto que la avalancha de información o desinformación es enorme e instantánea, de tal manera que para lograr hacer un trabajo de calidad se requiere consumir 24 horas buena información y 10 minutos para procesarla y difundirla, ese es el mundo actual, en el que, el medio de comunicación presta un fundamental servicio ético a la sociedad

Los entrevistadores estarán bien informados y deben presentar gentes de conocimiento y valía para que iluminen a las audiencias, sin temer la posición de los mismos, pero no dar crédito a los ecos de pensamientos agotados, tanto en economía como en política, esto exige al periodista conocimiento e intuición acertada para preguntar lo preciso, sin adjetivos, a fin de no convertirse en impulsor de falsos paradigmas o mostrarse servil a las sutiles maniobras de los manipuladores de la historia.

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