Pensamiento único

Carlos Freile

El gobierno socialista de España se prepara para aprobar una ley según la cual será obligatorio para todos los españoles, sobre todo maestros, investigadores, intelectuales y periodistas, enseñar, sostener y publicar tan solo la versión oficial de la Guerra Civil de hace 80 años. En otras palabras, quien no se acomode a la versión del Frente Popular, o sea de los socialistas, comunistas, anarquistas, no solo quedará excluido del mundo cultural sino que podrá caer con sus huesos en la cárcel.

No se trata de romper lanzas por el franquismo o por la ideología falangista, sino de defender el derecho a tener una opinión personal libre sobre cualquier asunto, también sobre hechos del pasado. Con esta medida, de ser aplicada, se eliminaría de un tajo la libertad de pensamiento y de expresión en España. Asombra que quienes se autoetiquetan como progresitas tengan en mente una medida que ellos, sin duda, calificarían de fascista. Cualquier persona con convicciones democráticas y liberales debe posicionarse en contra de esa ley y de cualquier otra del mismo jaez. Si se ha reprochado y combatido, con toda razón, el autoritarismo de Franco con su censura intelectual, hoy es obligatorio oponerse a otras censuras, vengan de donde vinieran.

El mundo occidental, dentro del cual nos movemos la mayoría de ecuatorianos para bien o para mal, desde hace algunos años ha caído en la tiranía del pensamiento único: en varios aspectos de la vida, desde la moral hasta la visión del pasado, nos quieren imponer una sola manera de ver las cosas. Por un lado nos bombardean con aquello de que no existen ni verdades ni certezas absolutas, por otro con desparpajo total y contradictorio imponen una verdad y una certeza sobre cada asunto.

Luchan contra los dogmas que se deben creer en las religiones, asunto de estricta decisión personal, pero crean otros en ámbitos, como el histórico, en donde debe primar la discusión, la diferencia de opiniones, el derecho a disentir. Si ellos imponen, es progreso e inteligencia, si otros, crimen nefando y estupidez.

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