1.- Impugnar la candidatura del innombrable, por transgredir el Art.113.2 de la CR, porque recibió sentencia ejecutoriada por cohecho. 2.- Exigir a los jueces de Casación, rechacen el recurso, sin torcer la ley para favorecer al mayor canalla de nuestra historia, causante de la imposición del narco-comunismo que destruyó la incipiente institucionalidad democrática, saqueó, endeudó y empobreció a la Nación, porque una caterva de torpes, votaron por la sierpe comunista. Hoy se sorprenden al observar como el país se arrastra en el fango de corrupción e impunidad. 3.- Desarmar la estructura de fraude electoral, corrupción, injusticia, abuso e impunidad, recordando que quien votó por chávez en 1998, esperando «un cambio»; quien votó por correa en 2007, esperando «un cambio»; quien votó por fernández en 2019, esperando «un cambio»; quien piensa votar por Biden en 2020, esperando «un cambio»; quien piensa votar por un comunista en Ecuador el 2021, no entiende historia, es un imbécil complaciente con la organización criminal más perversa; pues desperdicia 22 años de nefasta experiencia, que debería hacerle rechazar, repudiar, esa tendencia execrable. 4.- Recuperar el Estado de derecho, e instaurar la imprescriptibilidad del prevaricato judicial (dejar de hacer lo que manda la ley o hacer lo que prohíbe), sin otro requisito, como lo son el peculado, enriquecimiento ilícito, cohecho; sancionado con 40 años de reclusión. De ese modo, logramos jueces legalistas, intransigentes con el delito; ya que en la década infame, el narco-comunismo convirtió a la justicia en «un andrajo del honor»
(Shakespeare), según inferimos de la Sentencia constitucional 3-19-CN/20. Entonces estamos preparados para derogar normas subordinadas al eje constitucional forosaopaulista, sin desviar nuestra atención, en raterías de menor cuantía, que usan de distracción, para impedirnos avanzar en el objetivo fundamental: destruir la cabeza de la serpiente.