Muchos asistimos emocionados al anuncio del Presidente encargado de Venezuela Juan Guaidó, acompañado por el líder opositor Leopoldo López, de que se habían dado pasos fundamentales para la liberación del país, con el apoyo de sectores importantes de las Fuerzas Armadas.
Sin embargo de ello, la situación sigue muy complicada en Venezuela, con heridos y muertos en las calles, en la lucha contra un régimen que se ha demostrado ducho para sostenerse en el poder pero totalmente incapaz a la hora de satisfacer las más elementales necesidades de su pueblo.
Los venezolanos se han visto obligados a emigrar, a salir de su país, acosados por el hambre, por la desesperanza, por la angustia frente al futuro. Son generaciones a las que les va a costar reconstruir el país cuando salga de la situación que lo mantiene postrado.
A pesar de que la liberación de Venezuela no se logró tras el anuncio de sus líderes, sabemos que la lucha va a continuar, que la gente no puede cansarse de salir a las calles a demostrar su reclamo y su inconformidad.
Por ello vale la pena pensar que la “Operación Libertad” sigue, es un proceso que no debe parar hasta no conseguir sus objetivos.
A veces parece fácil, cuando se contempla desde fuera, criticar los liderazgos y las acciones, pero es menester colocarnos en los zapatos de quienes están encabezando las protestas, las luchas para sentir lo que ellos sienten y para admirar el coraje y la persistencia.