Noroccidente, no tocar

Jorge Oviedo Rueda

El 22 de marzo desde San Miguel de los Bancos, al noroccidente de Pichincha, saldrá una marcha para protestar contra las 46 concesiones mineras que este y el anterior gobierno han hecho a compañías canadienses y de otras nacionalidades. Será una marcha a favor de la vida.

Los bosques de Nambillo, Yunguilla, el llamado Corredor del Oso, Mindo, Pacto y otras reservas naturales están amenazadas. Lo grave de esta situación es que la consulta popular promovida por el gobierno del licenciado Moreno hizo que el propio pueblo aprobara esta posibilidad que, claramente, contradice su voluntad real, motivo por el cual no queda otro camino que no sea la protesta y la lucha.

Está en juego la vida de todos los seres vivos, entiéndase plantas, animales y el propio ser humano, de los bosques que han tardado millones de años en cuajarse, de la pureza del agua, del aire y de la belleza de estos parajes incomparables.

La Ministra del Ambiente parece no tener conciencia de la gravedad de la amenaza minera a noroccidente y miente cuando dice que algunas concesiones se eliminarán. Nada cambia el impacto brutal de la minería a cielo abierto en este nervio central de la naturaleza ecuatoriana, en la que existe la más densa concentración de orquídeas del mundo. No se puede, a nombre del buen vivir, agredir criminalmente a la naturaleza, hay que entender que el vivir bien ancestral tenía como piedra angular la armonía del ser humano con su entorno natural, porque solo así es posible conservar la pureza del aire, la energía positiva del fuego, la transparencia del agua y la fertilidad de la tierra.

Sé que estas palabras sonarán como herejías en los oídos de este gobierno, pero la lucha es para hacerles oír a los sordos, ver a los ciegos y caminar a los inválidos.

[email protected]