Pablo Escandón Montenegro
Aprender a contar historias es algo que desarrollamos en la infancia. Pedimos que nos narren cuentos, reales o ficticios, para imaginar, para recrearlos; luego, inmediatamente, inventamos juegos con una narrativa propia y creamos mundos en donde somos parte fundamental de la historia.
De esas fabulaciones, poco queda en nuestra memoria, y le damos paso a las historias fútiles y egocéntricas que contamos en los medios sociales: esas que son evanescentes, debido al algoritmo de la plataforma que la tiene en línea por un determinado tiempo.
Pero es importante regresar a fabular como niños y utilizar los medios actuales para contar historias útiles, propositivas y salir de la vanidad. Esto, para narrar historias que involucren desarrollo, reflexión y mirar a los otros: alzar la mirada para ver que somos parte de una comunidad.
Eso es lo que hace Narrar el Futuro, un proyecto sólido de creación de contenidos en plataformas digitales, que hace de los usuarios partícipes de las historias, de manera inmersiva, no solo con los ‘gadgets’ tecnológicos, sino desde el punto de vista de la narración.
La iniciativa, que la trabaja Alejandro Torres, en Colombia, tiene la posibilidad de abrir espacio en Ecuador. Algunos adictos a vincular los nuevos medios con los temas sociales se han puesto en acción y están buscando auspiciantes y colaboradores.
La primera actividad de Narrar el Futuro viene en formato de taller intensivo para quienes deseen crear historias inmersivas con impacto social, pues los nuevos medios deben ser utilizados para contar las historias con técnicas más cercanas al documental, a la etnografía y al arte; con cámaras 360, con memes, o con itinerarios hipertextuales: eso es narrar el futuro, volver a la esencia de contar historias que nos afecten emocionalmente, porque somos seres humanos dentro de una comunidad.