Más allá de lo hipotético

Jaime A. Guzmán R.

Se ha repetido, se sigue reiterando y se segura exhortando que la desigualdad se enmienda con la retribución de la riqueza.

Si alguna vez fui escéptico, debo confesar que ahora, respetando como el que más este pensamiento, pienso que ya no tiene credibilidad…

Contrariando dicho razonamiento, pensamos que las graves e injustas desigualdades que padece la mayoría de naciones del mundo son producidas, entre otras, por cuatro causas principales:

1) El pago de remuneraciones descomunales a unos y para otros minúsculas.

2) El afán enfermizo de ganar prestigio y hacer dinero a como dé lugar.

3) La falta de una educación igualitaria, pues unos tienen acceso a una buena educación y otros no.

4) Como lo sostiene Pickett corroborado por Xavier Sala (2015) “el cambio de tecnológico, que está robando puestos de trabajo a la clase media”.

Si usted amigo lector reflexiona luego de leer el párrafo anterior, puede notar que dichas fuentes, efectivamente son las culpables de esta palpable realidad en nuestro día a día.

Lograr cambiar esta situación que soporta nuestro pueblo y que da al traste con las normas y tratados internacionales y constitucionales conexos al derecho a la igualdad, es una de las tareas más complejas. Sin embargo, hay que intentarlo.

Debe haber disyuntivas, medios, recursos, caminos y alternativas para solucionar esta palpable problemática, pero la opción primera es, debe ser, un cambio más profundo de la concepción del sistema educativo.

El pueblo ecuatoriano- lleno de ambición- , a más de los grandes cambios que en efecto se han dado y vienen dando en materia educacional, está requiriendo este cambio, para poder contribuir a implementar una real, justa y equitativa igualdades de los ecuatorianos. (O)