Tema que nace de remembranzas entrañables y que se remonta a tradiciones hondamente arraigadas en la mente y el corazón de las familias.
Para los nietos, los abuelos llevan consigo los sentimientos de mayor raigambre, porque en ellos se unen la bondad condescendiente al extremo, la voz de sabiduría dulce y tolerante, la presencia inolvidable.
Por lo general, desde los 40 años en adelante el ser humano se convierte en abuelo. Debido a la evolución de la medicina, varias tecnologías y a las apropiadas condiciones de vida, ya no se envejece como antes y los años de existencia, en buena hora, se han incrementado. Ahora, no es novedad si alguien llega a ser bisabuelo y hasta tatarabuelo.
La catalogación de vejez varía según los países, siendo la media mundial 66 años: en países europeos 70; en España, cuya población mayor se ubica en los 74, casi el 20% pertenece a esta categoría (más de 65). Estas catalogaciones son relativas, en virtud de que se ha visto viejos de 21 años y jóvenes de más de 80: la actitud mental positiva es factor determinante.
La ONU fomenta la celebración mundial del Día del Abuelo, lo ha fijado el 1 de octubre; no obstante, esta fecha cambia según los países: Argentina, 26 de julio; Paraguay, 5 de mayo; Perú, 26 de agosto; Puerto Rico, segundo domingo de septiembre; Reino Unido, primer domingo de octubre; Estados Unidos, primer domingo posterior al Día del Trabajo; Ecuador, 31 de octubre.
Está bien que se festeje, en fecha determinada, a quienes han llegado a la tercera edad, aunque lo más importante constituye que en todo el año sean reconocidos, con respeto, gratitud y afecto, para que no se vea ancianos abandonados, en medio de la miseria y la soledad, en la dureza de la calle.