Las dos canastas

Los tiempos y los gobiernos cambian. En Estados Unidos hubo un relevo de ideología, concepciones de política económica y de relaciones internacionales. En Ecuador sucede algo no tan a la derecha, pero sí con un pragmatismo centrista nacido no tanto de su gestión, sino de la gestión del régimen totalitario que manejó al país durante diez años, como si se tratara de un potrero propio con un rebaño homogéneo, silencioso, cabizbajo y obsecuente.

Este es, un poco más o un poco menos, el contexto político y económico que deberá dar significado a la breve y próxima visita del vicepresidente estadounidense Mike Pence. Hace unos pocos días estuvo con Moreno y sus ministros un grupo de alrededor de doscientos empresarios compatriotas suyos explorando las posibilidades de inversión y enterándose de las seguridades jurídicas e impositivas, que es capaz de garantizar a plenitud y no a corto plazo el Estado ecuatoriano.

Los mensajes abiertos o encubiertos entre los dos gobiernos se han sucedido desde que Washington negó el beneplácito a un personero correísta y lo dio a un diplomático de carrera de una sólida formación intelectual y política. Ese segundo envío del presidente Moreno fue uno de esos mensajes. Que al nuevo embajador se lo recibiera en la Oficina Oval con un Trump sonriente y afectuoso, fotos incluidas, fue otro mensaje.

Mucho influye la nueva geopolítica norteamericana hacia el continente. Pero en toda negociación, y la que está en marcha no es una excepción, hay dos canastas: una para dar y otra para recibir. La clave del futuro está en el contenido de cada una.


La vida es fascinante: sólo hay que mirarla a través de las gafas correctas”. Alejandro Dumas Escritor francés (1802-1870) Yo no tengo la culpa de que la vida se nutra de la virtud y del pecado, de lo hermoso y de lo feo”. Benito Pérez Galdós Escritor español (1843-1920)