Las audiencias son públicas

Una decisión poco acertada se ha vuelto traba para la cobertura periodística en la Corte Nacional de Justicia. Una funcionaria, relacionista pública de la entidad, ha limitado el acceso de los reporteros a las audiencias que, al menos en teoría, son públicas. En esta disposición parecería que no se tomaron en cuenta la Constitución y las leyes que norman estos actos.

Nadie conoce el cálculo que usó para determinar que en las salas de la Corte no podrían entrar más de diez periodistas. No importa si se llega puntual o incluso antes de tiempo, si ya hay una decena de colegas el desilusionado reportero no podrá entrar y tendrá que resignarse a no presenciar la audiencia, aunque sea de inmenso interés nacional. Pero esto no es todo: a los camarógrafos y a los fotógrafos solo se les permite entrar por unos pocos minutos al inicio de las diligencias o incluso antes de que se instalen. Desde luego que esto priva a la ciudadanía de un importante material gráfico que le permita informarse adecuadamente de lo sucedido en la Corte.

Confiamos en que se trata de un error susceptible de corregirse en el más breve plazo. Jamás llegaríamos a pensar que la Corte Nacional de Justicia o esta funcionaria tienen algo que ocultar, o que guardan algún extraño interés en que los periodistas no hagan su trabajo. Tampoco podríamos suponer que los temas que se tratan en la prensa por estos días de corrupción les resulten incómodos a ellos o a quienes hayan dado tan inconveniente disposición. Por eso escribimos estas líneas, confiados en que muy pronto las audiencias volverán a ser públicas como se supone que son.

«Las cicatrices del rostro poco me importan, o nada; las que importan son las del alma”.

Estanislao del Campo
Escritor argentino (1834-1880)

«Haga de la motivación un hábito y llegará más rápido y disfrutará más durante el viaje”.

Zig Ziglar
Orador estadounidense (1926-2012)