Guido Favián Quirola
Aunque la motivación no fue la que esperábamos, ésta pandemia nos hizo descubrir nuevos talentos y potenciarlos, nos encaminó a buscar ideas, nos presionó para incursionar en aventuras creativas, unas sensatas otras insensatas, unas que funcionan otras que nos han llevado hacia la más profunda de las frustraciones, sin embargo, levantarse de la frustración será siempre una medida de la potencia que tuvo esta palanca mental que nos encaminó a emprender, que nos impulsó a hacer cosas nuevas, a explorar caminos nuevos, y que será determinante al decidir si continuar o cambiar de rumbo. En ambos casos, la experiencia adquirida siempre será un valioso insumo para nuevos emprendimientos, nuevas ideas, nuevas experiencias hasta encontrar finalmente esa punta del hilo que nos lleve hacia la madeja.
Como en todo emprendimiento, no solo cuenta que nuestro producto o servicio sea bueno, éste debe llegar al consumidor ya que al final del día, será el juez y jurado de todo nuestro esfuerzo; así mismo, representa un costo adicional que se deberá tomar en cuenta al momento de analizar nuestra estructura de costos.
No necesitas ser un experto en tecnología, existen herramientas disponibles de entre las cuales están las redes sociales que te ayudarán a posicionar tu producto o servicios en línea; para ello, se debe generar contenido de valor que ayude a forjar confianza en la marca. Generar un “concepto” alrededor del producto es importante, algo que te identifique frente a productos similares, una propuesta de valor que es únicamente tuya y que te diferenciará frente a otros productos de la misma línea.
Como siempre, no hay recompensa sin esfuerzo, las redes sociales te prestarán los instrumentos; el emprendedor, será el que ponga el esfuerzo y las ganas para que su producto llegue hasta donde deba llegar.