La mejor manera de gobernar

La política exterior del régimen anterior es otro obstáculo que enfrenta o debe enfrentar el presidente Moreno. Hay demasiada incertidumbre alrededor de las relaciones con nuestros vecinos y respecto a qué se entiende ahora por integración regional. Los balbuceos diplomáticos respecto a problemas álgidos del continente están dejando saldos negativos para el país. La avalancha migratoria que experimentamos, y su manejo sobre la base consideraciones humanitarias, es consecuencia de ellos.

Se dan pasos correctos en cuanto a abrir nuevos mercados e inversiones y tener relaciones fluidas y libres de complejos y prejuicios con los organismos multilaterales de crédito. Sin embargo, a pesar de algunos desencuentro con ciertos regímenes impresentables del continente y declaraciones en las que se cuestiona, por ejemplo, la existencia misma de la Unasur con su costoso mastodonte de la Mitad del Mundo, se requiere de una mayor transparencia y una desideologización.

El pragmatismo que parece estar en el centro de la política económica interna en cuanto a su éxito, depende en gran parte de lo que en política exterior haga. Los intereses del país, luego de una funesta década totalitaria, son otros. Se exige prudencia y ponderación, pero también una posición firme ante las violaciones a los Derechos Humanos y la suma de los problemas internos de otros estados al nuestro.

La prevención, que es la mejor manera de gobernar, estuvo ausente de la práctica de nuestras relaciones externas. Si antes prescindimos de ella, ahora es necesario retomarla, si es que, en verdad, se quiere trabajar por el país.


Lo importante no es lo que nos hace el destino, sino lo que nosotros
hacemos de él”. Florence Nightingale Enfermera inglesa (1820-1910)

La amistad es una igualdad y una semejanza”. Aristóteles Filósofo griego (384-322)