La madre ecuatoriana

Esa mujer que no se rinde, que hace lo imposible por asegurar el bienestar de sus hijos, que en tiempos de cuarentena y pandemia se levanta de madrugada para lograr cierto orden en casa y que sus hijos vivan en paz la nueva ‘normalidad’; esa es la madre ecuatoriana.

Esa mujer aguerrida que no se deja convencer de que en este país la mujer es menos, porque con su trabajo diario, dentro y fuera de casa, no cede un solo paso ante las condiciones históricas que hicieron de este un patriarcado que poco a poco se desmorona; esa es la madre a la que celebramos hoy.

Aquella que habita con mayoría femenina las universidades del país, y que con valentía y compasión asume el doble rol de madre y mujer, de profesional y ama de casa, de guerrera y apaciguadora; a ella saludamos hoy y todos los días.

En estos momentos en los que la sociedad se debate entre el hambre y la muerte, y se discute cuándo y cómo se retomará la actividad productiva, nadie habla de quién tendrá que quedarse en casa cuidando de los más pequeños. En la mayoría de familias y hogares del Ecuador, será la madre.

Ella quizá deberá escoger entre conservar su trabajo y acompañar a sus hijos en esta nueva tarea titánica de maestra. Resulta inverosímil que ante la discusión de la urgencia por reactivar la productividad del país, no se considere las condiciones de desigualdad y oportunidad para acceder a los pocos trabajos formales que quedan en la economía que enfrenta la mujer.

LA HORA rinde homenaje a esas madres y aquellas que algún día lo serán. Desde siempre, la igualdad de género ha sido una batalla de bandera de este medio de comunicación, y continuará siéndolo hasta que juntos construyamos una sociedad que proteja el rol de la crianza como eje fundamental de una sociedad más justa y con mejores oportunidades.