La felicidad se encuentra determinada como un bien supremo, calificación que no impide que esta pueda entenderse de diferentes maneras, como podrían ser: placer, bienestar. En ciertos casos de manera circunstancial la felicidad se la entiende, como finalidad, dándole una equivalencia de bien, considerado como ética natural. Debemos entender que la felicidad se alcanza en el momento que conseguimos en bien que tratamos de lograr.
A lo largo del tiempo, se ha logrado identificar a la felicidad con diversos bienes y así encontramos a la virtud, como una sabiduría práctica, como una sabiduría filosófica o como todas ellas, acompañadas con el placer o la prosperidad. Sin embargo encontramos que la felicidad puede ser identificada con las mejores actividades, y a su vez ciertas actividades de carácter razonable y moderado. También se ha explicado, que la felicidad no tiene sentido sin los bienes que hacen felices, presumiendo hacer un ejercicio entre los bienes que hacen felices, llegándose a distinguir acciones de felicidad entre las que podemos anotar: una felicidad bestial, que no es felicidad, sino aparente, existiendo también la felicidad eterna, que es considerada como vida contemplativa y termino expresando la existencia de la beatitud, que no sería otra cosa, que la felicidad final.
Algunos filosos se han referido a la felicidad, como un fin netamente de sabiduría, ubicándola como la posesión de lo verdadero absoluto, que sería Dios. Otras ideas consideran que la felicidad no es solo un estado del alma, sino algo que el alma recibe desde afuera, puesto que de no ser así esta no estaría ligada a un bien verdadero. El tema de la felicidad ha sido sometido a una investigación exhaustiva a lo largo de la historia, por una infinidad de filósofos, llegando a la conclusión que la felicidad es un concepto que pertenece al entendimiento y además que no es el fin de ningún impuso, sino que es la compañía de toda satisfacción.
Como una esperanza generalizada los seres humanos durante toda su vida por una u otra situación o circunstancia han ido en su pensamiento tras la búsqueda de la felicidad como un bien que tranquiliza.
Carlos Cesar Concha Jijón