La confianza

Rodrigo Contero Peñafiel

Todos nacemos con el instinto de mantenernos cerca de nuestra familia, es una influencia positiva para conservar buenas relaciones sociales durante la existencia. La evolución no garantiza que la confianza instintiva sea siempre lo más acertado y nuestras buenas relaciones sean siempre recíprocas, por tanto, no podemos garantizar que nuestras relaciones de amistad o de pareja sean siempre efectivas por el resto de la vida.

El lado oscuro de las personas o la traición son de mucha importancia en la vida, traicionar una amistad, una relación de pareja, a la patria o una causa común puede considerarse como algo tan ruin que terminaría las relaciones cercanas, que son lo más importante en nuestras vidas. Cuando se confía en otra persona o se cuenta algo muy íntimo nos hacemos vulnerables, es un riesgo que se corre con la familia, los amigos y la sociedad.

La revelación de información privada, esa muestra de confianza en la otra persona, hace que una relación sea cercana; cuando se revela información se pierde la intimidad, surgen los problemas y las enemistades, a no ser que el engaño sea mutuo, pactado o por conveniencia para evitar un conflicto, esconder una trama delictiva, un asalto a los intereses de una persona, una familia o un país, ¿acaso no es eso lo que podemos observar, entender o ver con los últimos acontecimientos político-delincuenciales que avergüenzan a la nación? Richard Dawkins describe: muchas especies de animales en las que un tipo de individuo, los llamados “tramposos”, viven tranquilamente abusando de la confianza y cooperación de los demás, llamados “cándidos”. De manera que, mientras el pueblo en los procesos electorales entrega confianza a los políticos para que lo representen, puede ser que muchas personas no sean dignas de esa confianza. Descubrir la trama de una corrupción escondida no es tarea fácil, al menos cuando los “amigos” utilizan todas las argucias para seguir delinquiendo.

Si los tribunales de justicia no demuestran imparcialidad y confianza en sus indagaciones y no procesan a los implicados por los delitos cometidos, perderán la confianza de la ciudadanía.

<[email protected]

Rodrigo Contero Peñafiel

Todos nacemos con el instinto de mantenernos cerca de nuestra familia, es una influencia positiva para conservar buenas relaciones sociales durante la existencia. La evolución no garantiza que la confianza instintiva sea siempre lo más acertado y nuestras buenas relaciones sean siempre recíprocas, por tanto, no podemos garantizar que nuestras relaciones de amistad o de pareja sean siempre efectivas por el resto de la vida.

El lado oscuro de las personas o la traición son de mucha importancia en la vida, traicionar una amistad, una relación de pareja, a la patria o una causa común puede considerarse como algo tan ruin que terminaría las relaciones cercanas, que son lo más importante en nuestras vidas. Cuando se confía en otra persona o se cuenta algo muy íntimo nos hacemos vulnerables, es un riesgo que se corre con la familia, los amigos y la sociedad.

La revelación de información privada, esa muestra de confianza en la otra persona, hace que una relación sea cercana; cuando se revela información se pierde la intimidad, surgen los problemas y las enemistades, a no ser que el engaño sea mutuo, pactado o por conveniencia para evitar un conflicto, esconder una trama delictiva, un asalto a los intereses de una persona, una familia o un país, ¿acaso no es eso lo que podemos observar, entender o ver con los últimos acontecimientos político-delincuenciales que avergüenzan a la nación? Richard Dawkins describe: muchas especies de animales en las que un tipo de individuo, los llamados “tramposos”, viven tranquilamente abusando de la confianza y cooperación de los demás, llamados “cándidos”. De manera que, mientras el pueblo en los procesos electorales entrega confianza a los políticos para que lo representen, puede ser que muchas personas no sean dignas de esa confianza. Descubrir la trama de una corrupción escondida no es tarea fácil, al menos cuando los “amigos” utilizan todas las argucias para seguir delinquiendo.

Si los tribunales de justicia no demuestran imparcialidad y confianza en sus indagaciones y no procesan a los implicados por los delitos cometidos, perderán la confianza de la ciudadanía.

<[email protected]

Rodrigo Contero Peñafiel

Todos nacemos con el instinto de mantenernos cerca de nuestra familia, es una influencia positiva para conservar buenas relaciones sociales durante la existencia. La evolución no garantiza que la confianza instintiva sea siempre lo más acertado y nuestras buenas relaciones sean siempre recíprocas, por tanto, no podemos garantizar que nuestras relaciones de amistad o de pareja sean siempre efectivas por el resto de la vida.

El lado oscuro de las personas o la traición son de mucha importancia en la vida, traicionar una amistad, una relación de pareja, a la patria o una causa común puede considerarse como algo tan ruin que terminaría las relaciones cercanas, que son lo más importante en nuestras vidas. Cuando se confía en otra persona o se cuenta algo muy íntimo nos hacemos vulnerables, es un riesgo que se corre con la familia, los amigos y la sociedad.

La revelación de información privada, esa muestra de confianza en la otra persona, hace que una relación sea cercana; cuando se revela información se pierde la intimidad, surgen los problemas y las enemistades, a no ser que el engaño sea mutuo, pactado o por conveniencia para evitar un conflicto, esconder una trama delictiva, un asalto a los intereses de una persona, una familia o un país, ¿acaso no es eso lo que podemos observar, entender o ver con los últimos acontecimientos político-delincuenciales que avergüenzan a la nación? Richard Dawkins describe: muchas especies de animales en las que un tipo de individuo, los llamados “tramposos”, viven tranquilamente abusando de la confianza y cooperación de los demás, llamados “cándidos”. De manera que, mientras el pueblo en los procesos electorales entrega confianza a los políticos para que lo representen, puede ser que muchas personas no sean dignas de esa confianza. Descubrir la trama de una corrupción escondida no es tarea fácil, al menos cuando los “amigos” utilizan todas las argucias para seguir delinquiendo.

Si los tribunales de justicia no demuestran imparcialidad y confianza en sus indagaciones y no procesan a los implicados por los delitos cometidos, perderán la confianza de la ciudadanía.

<[email protected]

Rodrigo Contero Peñafiel

Todos nacemos con el instinto de mantenernos cerca de nuestra familia, es una influencia positiva para conservar buenas relaciones sociales durante la existencia. La evolución no garantiza que la confianza instintiva sea siempre lo más acertado y nuestras buenas relaciones sean siempre recíprocas, por tanto, no podemos garantizar que nuestras relaciones de amistad o de pareja sean siempre efectivas por el resto de la vida.

El lado oscuro de las personas o la traición son de mucha importancia en la vida, traicionar una amistad, una relación de pareja, a la patria o una causa común puede considerarse como algo tan ruin que terminaría las relaciones cercanas, que son lo más importante en nuestras vidas. Cuando se confía en otra persona o se cuenta algo muy íntimo nos hacemos vulnerables, es un riesgo que se corre con la familia, los amigos y la sociedad.

La revelación de información privada, esa muestra de confianza en la otra persona, hace que una relación sea cercana; cuando se revela información se pierde la intimidad, surgen los problemas y las enemistades, a no ser que el engaño sea mutuo, pactado o por conveniencia para evitar un conflicto, esconder una trama delictiva, un asalto a los intereses de una persona, una familia o un país, ¿acaso no es eso lo que podemos observar, entender o ver con los últimos acontecimientos político-delincuenciales que avergüenzan a la nación? Richard Dawkins describe: muchas especies de animales en las que un tipo de individuo, los llamados “tramposos”, viven tranquilamente abusando de la confianza y cooperación de los demás, llamados “cándidos”. De manera que, mientras el pueblo en los procesos electorales entrega confianza a los políticos para que lo representen, puede ser que muchas personas no sean dignas de esa confianza. Descubrir la trama de una corrupción escondida no es tarea fácil, al menos cuando los “amigos” utilizan todas las argucias para seguir delinquiendo.

Si los tribunales de justicia no demuestran imparcialidad y confianza en sus indagaciones y no procesan a los implicados por los delitos cometidos, perderán la confianza de la ciudadanía.

<[email protected]